Es un vegetal verde oscuro, beneficioso para la salud, quizás poco empleado en la cocina, con opciones agradables y deliciosas para satisfacer nuestros gustos con recetas sencillas y también innovadoras. Repollito de Bruselas o coles de Bruselas es el nombre común de una variedad perteneciente a la familia de las crucíferas. Las partes comestibles de la planta son los ramilletes de yemas hinchadas de 2 a 5 cm de diámetro que crecen sobre el tallo. Su color es verde, de sabor intenso, amargo y ligeramente dulzón.
Al seleccionar los repollitos prefiera los de color verde intenso y brillantes, compactos, redondos y con sus cabezas lisas, apretadas y que estén pesados para su tamaño. La zona del tallo deberá ser de color blanco. Generalmente los venden sin su tallo. Si los va a refrigerar, los podrá conservar hasta durante una semana, mejor si es sin lavar y dentro de una bolsa plástica. Si desea congelarlos, escalde en agua hirviendo, cuele, coloque en agua fría, exprima toda el agua en exceso. Transfiera a una bolsa plástica y congele. Se conservan durante un año.
En Guatemala, lucen en su esplendor en el fiambre, aunque en la cocina permiten incluirse en diversas preparaciones; en especial, en guarniciones. Una de sus características es que, además de ser saludables y de que gustan por su sabor diferente, se preparan en pocos minutos. Tan sencillo como hacer un guiso con ellos cortados por la mitad o a la plancha o salteados combinados con cebolla, ajo, puerro, chile pimiento, zanahoria, zucchini, tomate, entre otros. Este es un método que me agrada porque se incorpora de a poco cada ingrediente, de acuerdo con su punto de cocción, aunque se podrían colocar todos en una bandeja con aceite de oliva y hornear. El resultado sería igual de bueno; será cuestión de gustos. Al final, un chorrito de jugo de limón o naranja dará un gusto particular. Además, podrá gratinarlos, para lo que los cubrirá con queso de su elección o con una salsa bechamel.
Estamos frente a un vegetal verde oscuro, apreciado porque está lleno de minerales y vitaminas, es una gran fuente de hierro, calcio y de vitamina C, buena fuente de fibra y potasio y una excelente fuente de ácido fólico. Su consumo regular y de otras verduras crucíferas como el repollo ayuda a fortalecer nuestro sistema inmune.
Quizás cuentan con una mala reputación por ser amargos y por tener un sabor fuerte. De manera que el reto estará en cocinarlos con métodos que los dejen deliciosos. A continuación, mencionaré algunos consejos sencillos al momento de prepararlos: Primero, retire cualquier parte oscura o marchita. Si los va a hervir, colóquelos con agua fría a que los cubra y agregue la sal en cuanto suelte el hervor, baje la temperatura para cocinar a fuego lento para lograr que queden al dente; es decir, en su punto justo para que además mantengan su color y valor nutricional. Siempre procure comerlos de inmediato y disfrute de ellos en sus comidas.