Consumido de infinidad de maneras y apreciado en la dieta por su alto valor proteico. Al adquirir los huevos hay que fijarse en la fecha de vencimiento. Busque los huevos bien formados, libres de manchas y grietas; almacénelos en refrigeración con el extremo puntiagudo hacia arriba.
Es importante tomar en consideración que el huevo deberá lavarse justo antes de ser preparado, ya que si se frota se eliminará su capa protectora o cutícula proteica externa y de está manera quedará expuesto a las bacterias que podrán penetrar por los poros de la misma cáscara. La calidad podrá comprobarla si la clara está abultada, la yema está centrada y tiene poca agua la clara delgada. Si lo observa de perfil, la clara y la yema estarán abultadas, mientras que si pierde su calidad, la clara gruesa no se distinguirá, estará delgada, con líquido y la yema estará desplazada.
El huevo es un ingrediente principal en el desayuno de forma hervida, cocido, escalfado, frito, revuelto o al horno, también en otros tiempos de comida por sí mismo o como parte de una ensalada o relleno. Los usos del huevo en la cocina son diversos como ingrediente básico para rebosar alimentos o espesante como por ejemplo en los dulces como flanes o pudines, mientras que las salsas se espesan con yemas por su nivel de grasas y por su poder espesante como se emplea en los aderezos o salsas. Asimismo, contribuye a dar volumen a las masas como agente leudante en la pastelería o como agente espumante en la repostería como en los merengues por la incorporación de aire y la formación de espuma con el batido de las claras, yemas o incluso el huevo entero. Además, es un agente emulsificante al permitir mezclar el aceite con agua o un líquido como jugo de limón, vinagre, etc. Para lograrlo, al preparar una mayonesa es importante batir las yemas con el jugo de limón, condimentos, verter finalmente y poco a poco el aceite.
El huevo es un ingrediente principal en el desayuno.
Al cocinar el huevo, procure hacerlo a fuego bajo, en su tiempo justo y enfríe de inmediato porque a mayor temperatura del agua y mayor tiempo de cocción puede formar el anillo verdoso por su contenido de azufre al rededor de la yema.
Al preparar los huevos, recuerde que un huevo promedio pesa 60g y 50g peso bruto.
El huevo está constituido por clara en un 58 por ciento, yema en un 31 por ciento y su cascarón en un 11 por ciento. La clara aporta un 0.2 de grasas y un 11 por ciento de proteínas y la yema un 17.5 por ciento de proteínas y un 32 por ciento de grasas.
A la clara también se le conoce como albúmina. Las albúminas son proteínas solubles en agua y en soluciones salinas.
Las proteínas de la clara son poco digeribles en un estado natural, aunque la cocción las hace digestibles.
Uno de sus beneficios específicos es que los huevos son una de las pocas fuentes dietéticas de vitamina D que el organismo necesita para crear y mantener huesos fuertes, entre otras funciones; también son una útil fuente de vitamina B12, necesaria para mantener al sistema nervioso. De manera que habrá suficientes razones para consumir huevos de una y mil maneras en las comidas.