Euda Morales
Son comestibles tanto la piel como la pulpa de un colorido intenso y están llenos de semillas en el centro. Ofrecen un sabor peculiar dulce parecido a la miel y a las nueces, con un aroma perfumado, por lo que invitan a comerlos y utilizarlos en diversas preparaciones tanto dulces como saladas en las que combinan idealmente y marcarán la diferencia en los platillos.
Se encuentra entre los cultivos más antiguos que se conocen, han sido empleados como fruta fresca o deshidratados, para preparaciones culinarias, en postres, principalmente, o por su efecto ligeramente laxante.
Las higueras producen generalmente dos cosechas de fruta durante el verano. ¿Cómo seleccionarlos? Prefiera los que estén con la piel entera; si están frescos, deben tener su piel intacta, ser consistentes y aromáticos. Procure comprar los higos maduros, cuando son ligeramente blandos al tacto, lo que indica que se han humedecido por dentro.
Si tiene una higuera en casa, procure cortar cuando esté maduro para que tenga una mejor textura y sabor dulce, mientras los que aún no han madurado tendrán menos sabor. Se conservan en refrigeración durante tres días.
Si los adquiere secos, deberá conservarlos en frascos herméticos hasta durante un mes. Para preparar los higos frescos, el primer paso será lavarlos y dejarlos escurrir para eliminar el exceso de líquido.
Se encuentra entre los cultivos más antiguos que se conocen.
Tenga en consideración que los higos frescos contienen un látex lechoso que puede causar erupciones cutáneas al contacto con la piel. Combinan muy bien con quesos, principalmente con los curados como con el queso azul y los embutidos como jamones; si están cocidos, irán bien con alcaparras, ajo o aceitunas y con especias como cardamomo, canela, nuez moscada, anís y clavo o con frutas cítricas como el limón o la naranja.
Se emplean como cualquier otra fruta, de forma entera o troceada, caramelizados, en conservas, jaleas, mermeladas, en helados o en la repostería y en la panadería, mientras que los higos secos puede cocinarlos o simplemente comerlos entre comidas.
Una opción de receta podría ser una ensalada de lechuga escarola con hojas de remolacha, higos deshidratados en lascas, queso en cubitos y ajonjolí dorado servido con una vinagreta preparada con vinagre de manzana o frambuesa y aceite de oliva.
Su valor nutritivo dependerá de si se consumen frescos o secos como una fuente muy buena de hierro y potasio. Son ricos en calcio.
Los higos contribuyen a la digestión por su alto contenido de fibra, previenen el estreñimiento por su contenido de fibra insoluble que contribuye al movimiento de la comida en el intestino y son reconstituyentes.