Euda Morales
El pollo es altamente consumido y preferido en infinidad de preparaciones culinarias en el mundo, y aplica al gusto guatemalteco, porque además de su valor nutricional alto en proteínas, calcio, hierro, vitamina A y del complejo B, es una carne blanca, magra, de sabor delicado y también es barato. Se incluye entero, por piezas, picado o incluso desmenuzado.
La posibilidad de su preparación en la cocina internacional es amplia como el pollo al vino, a la cerveza, en salsa bechamel o roja, al limón y en la cocina guatemalteca es gustado con salsa de tomate, en recados, caldos, en ensaladas, entre otros.
Siempre prefiera retirarle la piel porque es rica en grasa y las pechugas sin piel para una dieta baja en calorías y en colesterol. Asimismo, los métodos de preparación con menor cantidad de grasa como lo es el hervido, a la plancha, asado, salteado o al horno.
La posibilidad de su preparación en la cocina internacional es amplia.
Para evitar que el pollo quede seco durante su cocción, hidrate con su propio jugo o líquido como un fondo en cuanto lo necesite pero cuidando la cantidad; al final, busque que quede dorado, puede frotarlo con miel o aceite.
Pero, ¿cómo darle sabor al pollo? Es sencillo, con cantidades mínimas de condimentos, logrará un buen resultado final. Podrá incluir hierbas aromáticas o especias variadas para enriquecer su sabor como laurel, tomillo, romero, nuez moscada, jengibre, pimienta, pimentón, etc. espolvoreados sobre el pollo o frote, debajo de la piel o como parte de una vinagreta para intensificar el sabor, compuesta por elementos ácidos como cítricos o vinagre, un elemento graso como aceite de oliva, mostaza y condimentos. Se deja marinar por un par de horas en refrigeración y estará listo para cocinarse.
Para variar las recetas, recurra a las salsas de su elección, ofrecerá otros sabores, combine con vegetales, le aportarán colorido a su comida y nutrientes; además, combina bien con un arroz integral, pasta o un puré de papa, camote o zanahoria.
Se recomienda cocinar perfectamente el pollo para evitar que nos enferme, porque su carne podría estar contaminada con bacterias de la salmonella. Por lo tanto, si cuidamos de ciertas normas, podremos ofrecer una comida segura.
El primer paso es comprarlo a proveedores confiables, el pollo debe mantenerse refrigerado al llevarlo a casa, mientras se prepara y después de su preparación.
Siempre deberá estar bien cocinado, no deberá consumirse crudo o sin completar su cocción.
De manera que al estar cocinado, su carne se desprende con facilidad de los huesos, sus jugos estarán claros sin restos de sangre, aunque la mejor manera para estar plenamente seguros será con el uso de un termómetro y deberá alcanzar una temperatura mínima de 165º Fahrenheit o 74º Centígrados.
Recuerde lavar con agua y jabón las manos y los utensilios de cocina antes y después de manipular el pollo. De manera que el pollo será una opción saludable y deliciosa para la dieta familiar.
