En agosto, la ciudad capital recibe los sabores en la Feria de Jocotenango que, además de traer memorias y recetas tradicionales, ofrecen el placer de comer bien de puesto en puesto.
Al iniciar el recorrido podrá sentir los aromas de las plataninas recién fritas. También apreciará los algodones elaborados con azúcar pintada de colores, que cae de a poco en el perol, y que es movida constantemente para formar los hilos que se enrollan en un palito hasta obtener el tamaño deseado.
Los dulces son protagonistas, con colochos de guayaba, bolitas de tamarindo y canillitas de leche. A esta interminable lista se suman los infaltables panitos de feria, que bien invitan a disfrutarlos.
Luego aparecen los antojitos. Las afamadas enchiladas sorprenden por el encurtido colorido que lucen sobre la tortilla tostada, la salsa y por estar delicadamente decoradas con una rodaja de huevo duro, perejil picado y queso seco. Además hay tacos, chuchitos, dobladas y chiles rellenos. La vista se pierde entre tanto color y opciones, por lo que será imposible seguir sin hacer la primera parada y empezar a dar rienda suelta al placer de degustar.
Para descansar del recorrido de la feria, y comer algo más formal y nutritivo, algunos querrán ordenar en uno de los comedores. Entre las comidas para la hora del almuerzo destacan los platos típicos de la gastronomía guatemalteca. Por ejemplo el pepián, referente de diferentes poblados del país, pero que también se consume en la ciudad capital.
Si su comida favorita es la sopa, podrá degustar todo un manjar: un caldo de gallina, acompañado de aguacate y tortillas recién salidas del comal. Pero, si prefiere los frijoles blancos, unos con espinazo lo cautivarán con sus condimentos.
Para refrescarse del calor o acompañar los platillos, las bebidas son variadas y las hay para todos los gustos. Hay desde una rosa de jamaica, un tamarindo o una horchata, hasta licuados de frutas de temporada y preparados en el momento.
Después de estas comidas saladas, se requiere de un postre para terminar este recorrido culinario. Es común ordenar buñuelos, churros o torrejas acompañados con un atol de elote. Pero los postres van más allá, porque hay plátanos en mole, plátanos fritos y rellenitos de frijol o manjar.
Una visita a la feria le hará dar un paseo agradable y degustar de todas estas delicias culinarias. Pero, si no logra ir, viva los sabores de esta festividad en casa, prepare sus platillos preferidos y disfrute en familia.