En 1997, me estaba convirtiendo en un verdadero fanático de la escena musical inglesa, sobre todo del trip hop. Mis únicas referencias para escuchar eran todos los nombres de bandas que podía anotar durante la madrugada, viendo el programa AMP de música electrónica, en MTV. Ahora que lo pienso, tengo que escribir sobre esas bandas de electrónica que merecen ser mencionadas, pero todo a su tiempo. Esto sucedió mucho antes de que MTV se convirtiera, básicamente, en un canal de reality shows con gente idiota haciendo cosas de idiotas.
En ese ya lejano año llegaron a mis audífonos álbumes claves como Mezzanine, de Massive Attack, y el imperdible Dummy, de Portishead. Pero también llegó a mí un disco de un grupo que no conocía, y que apareció completamente por un acto del azar, o porque los dioses del Rock-n-roll así lo decidieron. La portada solo enseñaba el close up de alguna especie de chip electrónico, con un título que decía Sneaker Pimps – Becoming X. Recuerdo estar en la tienda de discos y reírme, porque me encantó el nombre de la banda que, traducida al español, es algo como proxenetas de zapatillas. Extraño, lo sé, pero esa era la antesala para un material que, hoy por hoy, es un álbum de culto que define una época de un movimiento musical muy importante, y verdaderamente hermoso.
No hace mucho revisitaba Becoming X, uno de esos discos que escucharé hasta que muera. La banda es originaria de Hartlepool, Inglaterra y, en ese entonces, estaba integrada por Liam How, Chris Corner y Kelli Ali. Becoming X, su álbum debut, es un trabajo bastante impregnado de ese Teenage Angst de mediados de 1990. Quienes crecieron en esa década saben perfectamente a qué me refiero.
“No hace mucho revisitaba Becoming X, uno de esos discos que escucharé hasta que muera”.
La magia de este material es que se debe escuchar varias veces. Al hacerlo y, si se logra entrar en el estado de ánimo correcto, sus infinitos paisajes y atmósferas se impregnan en el subconsciente, lentamente. Esto, claro está, es guiado por la voz bella voz de Ali, que fue lo primero que hizo que me enamorara de la música de la banda. Basta con escuchar canciones como Post-modern sleaze, 6 underground y How do, para que me entiendan. Siempre que lo escucho, pienso en vaya manera de debutar para un grupo.
La banda siguió con algunos otros discos, que también son unas joyas por derecho propio, y proyectos alternos, como IAMX, de Chris Corner. Personalmente lamento que Ali solo apareciera en Becoming X, para luego dedicarse a una carrera como solista. Al menos a mí, el material me hace sentir nostálgico de una década de muchos y grandes descubrimientos musicales. Este disco fue uno de ellos. Luego, al ver fotografías y verme cómo lucía en esos años, la nostalgia se me pasa rápidamente, y me digo: “Ufff…qué bueno que en ese entonces tenía la música”. Creo que eso ya es tema para discutirlo con mi psicóloga, en mi próxima sesión online.
Para escuchar: Low place like home, 6 underground, Spin spin sugar, Wasted early sunday morning y Waterbaby.