¿No les pasa que suelen encontrarse en un domingo sin mucho que hacer, considerando si se levantan, o no, si comen en casa, o no? No los culpo, también me toca atravesar muy seguido esas pequeñas crisis existenciales. Con la que más sufro es con qué película voy a ver. No sé si será una de culto o la independiente europea con escenas extrañas que me dejarán pensando qué diablos fue lo que vi.
Pero algunas veces no batallo, y opto por la opción fácil, es decir la clásica dominguera. No hace mucho elegí esa alternativa. Por respeto a ustedes, y con tal de no revelar mis gustos culposos, no mencionare cuál vi. Con esto claro, les puedo decir que aunque a veces ese tipo de películas no aporta nada a nuestras vidas, la música sí.
Algunas veces, el soundtrack compensa los pésimos guiones. Fue así como descubrí al compositor originario de Texas, EE. UU. Kevin Morby. Siempre trato de tener a la mano la aplicación de Shazam, y en este caso no fue la excepción. En determinada escena del filme escuché una canción que me gustó tanto como para tomar mi teléfono y activarla. Con el dato terminé la película para ver si descubría más música. No fue así, pero con hallar el trabajo de este músico fue más que
suficiente.
El material que más me gustó fue City Music, su más reciente disco. Es un álbum muy íntimo, mas con una intimidad diferente, no la del autor, sino la de una urbe y de lo que ellas esconden y que solo revelan a los que se toman el tiempo de descubrirlas. Todo al compás de un indie folk que por momentos suena como si el espíritu de Lou Reed se mezclara con el de Wilco y Jim Caroll.
Las canciones hablan acerca de la pasión por los viajes. Es una colección inspirada y dedicada a la experiencia metropolitana en todo Estados Unidos, y más allá. Es un disco que da voz a todas aquellas ciudades que hablan el mismo lenguaje universal de caos y locura, sin importar la nacionalidad. Funciona perfectamente para ver una puesta de sol sobre algún edificio de la zona 1 o para escucharlo mientras viajas en tren a Coney Island para ir a oler el océano.
Tal vez esto es algo bueno que se le pueda sacar a las malas películas si hay paciencia para terminarlas. Estoy seguro de que City Music me revelará aún más cosas de esta ciudad en la que vivo, a la que odio con todo el corazón, pero de igual forma amo.
Para escuchar: Dorothy, Crybaby, City Music, Tin Can y Pearly Gates.