sábado , 23 noviembre 2024
Inicio ¿Qué hacer? ¿Cuál es el camino?

¿Qué hacer? ¿Cuál es el camino?

Los distritos electorales pequeños permitirán que las poblaciones indígenas, por derecho propio, accedan al Congreso.

Tales son las preguntas que se formula una estimada columnista y con todo respeto me permito responderle que el camino correcto –el único camino– es el camino de los distritos pequeños, camino que, sin tanta alharaca, conduce a que el pueblo ¡Así de claro! se instale y se encuentre siempre instalado en el Congreso. ¿Qué hacer? Lograr que se establezca ese camino y recorrerlo. Lo que debe comprender la columnista –y lo que debemos todos comprender– es que lo que no constituye camino alguno es que se vuelva a asesinar, a secuestrar y a extorsionar en una nueva intentona subversiva y que se produzca una nueva represión y menos aún que se vuelva a exponer a los peligros de una y otra a personas inocentes, experiencias que ya tuvimos (36 años ¿No nos parecen suficientes?) la tragedia de vivir. Tampoco constituye el camino aferrarnos al pasado y vivir sumergidos en los resentimientos, los odios y la sed de venganza, tal y como no lo constituye, tampoco, permanecer estáticos en una situación –la que vivimos– en que resultamos incapaces de lograr que podamos acceder
–todos– a una calidad de vida que sea acorde a los tiempos que vivimos. No existe otro camino para la paz que aquel de la justicia –no llegamos a entenderlo– puesto que “no puede haber paz, si no hay Justicia” –obra de los hombres, la justicia (justicia para que el don de la paz pueda alcanzarse– “ni puede haber justicia”, esto es más difícil de entenderlo “sin perdón”, ¿Insurgencia y represión, para la paz y el desarrollo, para el mejoramiento de nuestra calidad de vida y para la posible erradicación de la pobreza?

¡Por favor! No puede tampoco constituir el camino –se equivoca, la columnista al intentarlo– la tergiversación de los hechos y afirmar, como cierta, la mentira, así como tampoco el servicio, poco menos que absurdo, de servir a las agendas que no son nuestras agendas. Ante la falta de agenda propia, ¿Otras agendas? ¿Qué hacer, entonces, estimada columnista? ¿Cuál es el camino? Lo que debemos hacer no es otra cosa que optar –toral su segunda pregunta– por el camino correcto, el del establecimiento inmediato de distritos electorales pequeños en los que se elija en cada uno un solo diputado, la única forma en que podrá el pueblo instalarse en el Congreso y que se sienta el pueblo en este representado. La verdadera reforma, la que conduce como un hecho a la refundación del Estado –el pueblo instalado en el Congreso– es la reforma política, reforma que arrastrará que cualquier otra –entonces– se pueda hacer posible. Los distritos electorales pequeños permitirán que las poblaciones indígenas –por derecho propio– el derecho que da el triunfo electoral accedan al Congreso. Solo podremos respetar y confiar en el Congreso si vemos que en este –de verdad– se encuentra el pueblo representado, claros los cordones umbilicales entre electos y electores. ¿Sabrá la estimada columnista quién es SU diputado? ¿Sabe usted quién es el suyo? En el actual sistema que nos rige, el del listado nacional, los listados distritales y los distritos inmensos, es imposible que se sepa. ¿Quién es SU diputado? ¿Quién será SU diputado? ¿Quién será SU candidato para serlo?

Si, por el contrario, el distrito electoral fuera pequeño y uno solo el diputado a elegirse en el distrito, usted sí sabría quién es SU diputado y los diputados sabrían –tampoco lo saben– quiénes son y qué es lo que desean y lo que piensan SUS electores.

Es más, si el distrito fuera pequeño, es más que probable que pudieran llegar a conocerse personalmente los candidatos y los electores y que el cordón umbilical de la lealtad quedara firmemente establecido: Si leal el diputado con el elector, con sus intereses, principios y valores, será reelecto, en tanto que, si desleal, derrotado si lo intenta. Hoy por hoy no sabe el diputado a quéenes representa y cuáles son sus principios, valores e intereses como tampoco sabe nada del diputado el elector, a extremo tal, que ni siquiera sabe quién es SU diputado. La campaña en un distrito electoral, si pequeño, es más barata y con recursos muy limitados, incluso, se puede contender –de igual a igual– con simple imaginación y denodado esfuerzo con quien los tenga en abundacia, ¿Se animaría a arriesgarse la estimada columnista al juicio crítico de los electores, en un distrito pequeño? ¿Qué hacer? ¿Cuál es el camino?

Pues bien, si quiere –a lo Hamlet– que se lo siga preguntando toda la vida –si de eso se trata, de hacerse preguntas y de no buscar una respuesta– o bien por el contrario, que se responda y abrace el camino correcto, el camino de los distritos electorales pequeños, el único camino que puede lograr que el pueblo se instale y permanezca instalado en el Congreso: Sus representantes en todo momento, en la cuerda floja: Si desleales, no serán reelectos y echados serán –literalmente– del Congreso. Sin la reforma política, la de los distrito pequeños, toda otra reforma es simple parche y no podría llegar a ser sino la repetición de lo mismo.

                                    

 

Artículos relacionados

EN EL PAÍS

Arévalo se reúne con presidente del OJ

El mandatario Bernardo Arévalo sostuvo una reunión de trabajo con el presidente...

ARTES

Del paso del tiempo, la vulnerabilidad y resiliencia, escribe Ricardo Arjona en su nuevo disco

El cantautor y compositor guatemalteco Ricardo Arjona sorprende a su fanaticada con...

DEPORTES

Flick confirma que Lamine será baja en Vigo

Sant Joan Despí, EFE.- El entrenador del Barcelona, Hansi Flick, confirmó este...

DEPORTES

El Tata Martino confirma su salida del Inter Miami

Washington, EFE.- El entrenador argentino Gerardo Tata Martino confirmó este viernes su...