El achiote es ampliamente apreciado por sus propiedades culinarias desde los inicios de la gastronomía guatemalteca, conecta la tierra y sus tradiciones. Es agradable la forma como los mercados se llenan de color con los canastos al exhibir el achiote en su forma auténtica que ofrecen la semilla como la pasta para usos culinarios como medicinales.
Al acercarnos, ¿qué olor ofrece el achiote? Las semillas secas por sus aceites esenciales cautivan con un olor ligeramente floral y a menta, aunque las frescas son más picantes y afrutadas. Al cocinarlas aportan un ligero sabor terroso y dulce a las comidas. Básicamente, el sabor es suave, por lo que su uso primordial es como colorante para brindar un color amarillo rojizo a las comidas.
Las semillas de achiote se utilizan para condimentar platos a base de verduras, carnes y pescado, aunque su principal función es intensificar el color rojo a las salsas y sopas de tomate. En la cocina guatemalteca es un ingrediente principal de algunos recados para pronunciar el colorido de los tomates y chiles pimientos rojos como el subanik. Un recado de varias carnes y chiles o para el que llevan los tamales.
Es importante mencionar que las semillas son altas en almidón, por lo que son útiles para espesar salsas y guisos en los adobos de tomate a los que se les ha agregado achiote se adhieren de mejor manera a las carnes. Un ejemplo es la adobada, tan gustada, la que se deja en salmuera durante varias horas en refrigeración previa cocción.
Estamos frente a un colorante natural, achiote, Bixa Orellana, el cual se obtiene de un árbol pequeño que da un fruto oval y carnoso, cuyas semillas dan lugar a esta especia. ¿Cómo es el proceso para convertir las semillas en pasta? Las semillas son bastante duras, son molidas hasta hacerlas una pasta. Cabe resaltar que el proceso artesanal es minucioso desde la colecta manual de las cápsulas espinosas tiernas rojas. Se deja secar estas bellotas al sol en el patio de la casa. De esta manera, se tuestan y se facilita su extracción. Después de la limpieza se sumergen en agua para que suelten el colorante y se repite el proceso dos veces. Se cuelan y esta agua colorada, se cocina a fuego lento durante tres días hasta lograr la consistencia deseada de una pasta. Es así como se consigue en los mercados, aunque, también se infunden las semillas en aceite.
Entonces, desde su uso ancestral, juega un papel relevante en la cocina guatemalteca hasta la inspiración moderna para recrearla. La tradicional pasta de achiote puede ser complementada con condimentos como semillas de cilantro, orégano, comino, naranja agría y vinagre de manzana y chiles secos, entre otros o crear un aceite de achiote con ajo, achiote, romero y aceite de oliva extra virgen. En fin, son ejemplos para dar rienda suelta a la creatividad culinaria.