El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, dijo que durante la canonización de monseñor Óscar Arnulfo Romero en el Vaticano pedirá que su país tenga paz y cese la violencia, informó hoy el Gobierno.
“Monseñor está vivo, está en nuestros corazones” y mañana, durante la canonización, “vamos a implorar también por que El Salvador sea un país que alcance la paz y pueda vivir sin violencia”, sostuvo el mandatario durante la inauguración de una estatua de Romero en Roma.
Sánchez Cerén también manifestó su “esperanza” de que el padre Rutilo Grande, cuya causa ha sido recibida por el Vaticano, sea beatificado porque El Salvador “es un país de muchos mártires”.
El papa Francisco declarará santo este 14 de octubre a Romero, conocido como “la voz de los sin voz” o “San Romero de América”, en el Vaticano.
Romero, beatificado en mayo de 2015 en una multitudinaria misa, se caracterizó por denunciar constantemente en sus homilías los ataques de los cuerpos de seguridad contra la población civil y otras violaciones a los derechos humanos.
El religioso fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un escuadrón armado de la extrema derecha mientras oficiaba misa en la capilla del hospital de cáncer Divina Providencia de San Salvador, previo al estallido de la guerra civil salvadoreña (1980-1992). ACAN-EFE