La tormenta tropical Florence no da tregua en la costa sureste de Estados Unidos y sus fuertes vientos y “épicas” lluvias han causado la muerte a cuatro personas más, para un total de nueve, y la notable crecida de unos ríos y lagos que comienzan a desbordarse en Las Carolinas.
Una vez que se dejó atrás la condición de huracán y Florence se degradó a tormenta tropical, con vientos máximos sostenidos de 45 millas por hora (75 km/h), la preocupación de las autoridades son las incesantes precipitaciones.
Y con razón, pues las lluvias “épicas”, tal y como las ha calificado el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, han llevado a batir un récord de acumulación de agua, con más de 30 pulgadas (76 centímetros) en la ciudad de Swansboro, mientras que hay otras cuatro más por encima de las 20 pulgadas (50 centímetros).
La anterior marca, de 24 pulgadas (61 centímetros), se estableció en 1999 durante el paso del huracán Floyd por la región.
Esas lluvias son las que han provocado la muerte de tres personas en el condado norcarolino de Duplin debido a “riadas y balsas de agua en las carreteras”, según información del alguacil local.
Tal es la situación, que el oficial ha decretado un toque de queda de doce horas en su jurisdicción para reducir las posibilidades de accidentes de este tipo y durante la noche solo permitirá traslados de vehículos de emergencia y por motivos laborales.
Además una mujer falleció al chocar su automóvil con un árbol que había caído sobre la carretera y se convirtió en la primera víctima mortal en Carolina del Sur.
En este estado se encuentra Florence, que se desplaza a tan solo 2 millas por hora (4 km/h) rumbo oeste, lo que deja a Carolina del Norte en su cuadrante “sucio”, a donde llegan sus bandas exteriores que proceden del mar y, por eso, llegan fortalecidas y cargadas de agua.
Y es la misma que cae a raudales en esta región sureña, cuyo gobernador aseguró que suponen un riesgo más “inmediato” que cuando el viernes Florence tocó tierra en el estado como huracán de categoría 1.
Por este motivo, pidió que no regresen a sus casas a las miles de personas que evacuaron y las más de 20.000 personas que permanecen en los 157 albergues abiertos, pues lo peor está por llegar, y que eviten así las “paredes de agua” que se esperan para las próximas horas.
Para proteger y rescatar en caso de ser necesario a los miles que no obedecieron la orden de salir de las zonas en alerta, que abarcaba en la región a más de un millón de personas, se han desplegado 6 mil 500 efectivos de la Guardia Nacional y otros 7 mil 500 de la Guardia Costera. EFE