Rebeca Arias Flores Coordinadora Residente [email protected]
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, convocó para 2021 la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios, con 5 ejes de acción: 1. Garantizar el acceso a alimentos sanos y nutritivos para todos; 2. adoptar modalidades de consumo sostenibles; 3. impulsar la producción favorable a la naturaleza; 4. promover medios de vida equitativos, y 5. crear resiliencia ante las vulnerabilidades. Vivimos la oportunidad de generar soluciones para transformar los sistemas alimentarios del mundo, para que sean más sostenibles, se reduzca el impacto que tienen sobre la biodiversidad, y aseguren el acceso a alimentos sanos y nutritivos para todos y todas, como parte del Decenio de Acción para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de ahora a 2030.
Una parte esencial de la Cumbre serán los diálogos a nivel nacional y local, ya que ofrecerán la plataforma para que las partes interesadas analicen su función y el impacto que tienen sobre los sistemas alimentarios, las personas y el planeta, para identificar prácticas sostenibles. Estos diálogos nos permitirán llegar a acuerdos, para actuar con urgencia ante los desafíos que enfrentan países como Guatemala, donde el 46.5% de los niños sufre desnutrición crónica; esto quiere decir que 1 de cada 2 niños la padece.
Los diálogos nacionales también nos permitirá entender cómo los sistemas alimentarios están interconectados y el impacto que tienen en la salud de las personas, de los animales y de los ecosistemas marinos y terrestres. Precisamente, el jueves 25 de febrero de 2021 se inician en Guatemala los diálogos sobre los sistemas alimentarios. Guatemala es un país multicultural, multilingüe, multiétnico, además rico en vida natural, cuenta con una gran diversidad ecológica. El Convenio de Diversidad Biológica reconoce que es un país megadiverso. Guatemala comparte, junto con otros 19 países, cerca del 70% de la diversidad mundial de especies, y más de la mitad de la población humana del planeta habita en estos países.
De igual manera, Guatemala, dada su ubicación en Mesoamérica, es parte de uno de los ocho centros de origen y diversidad de plantas cultivadas; por ello, las culturas mesoamericanas han aportado al mundo especies cultivadas importantes como el maíz, frijol, cacao, algodón, chile, aguacate, yuca, camote, entre otros. La introducción de especies mejoradas está afectando la diversidad genética de especies vegetales y animales criollas, las que también han sido afectadas por los efectos del cambio climático al modificar el régimen de lluvias, especialmente en el Corredor Seco. Diversos cambios en condiciones socioeconómicas y culturales han ocasionado abandono de la agricultura en general, por efectos de la migración. Igualmente, los recursos fitogenéticos han sido afectados por el cambio de uso de la tierra, el desarrollo urbano y el crecimiento poblacional, dado que se han producido pérdidas en la biodiversidad. Guatemala ha dado y está dando respuestas decididas a estos retos, mediante la creación de un compendio estadístico sobre el papel de la diversidad biológica en el bienestar humano y económico del país. Ha desarrollado políticas y herramientas para el uso sostenible de la biodiversidad, tema importante dentro de estos diálogos. Saludamos los esfuerzos del gobierno de Guatemala en la lucha por combatir la inseguridad alimentaria y la mala nutrición, mediante la puesta en marcha de la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición que a su vez cuenta con el apoyo de las Naciones Unidas. Para incorporar en las soluciones distintas perspectivas, como los conocimientos ancestrales y los conocimientos científicos, para informar la identificación y adopción de soluciones y los compromisos que se identifiquen durante los diálogos. Esa es la ruta de la dignidad, es el camino para el desarrollo sostenible donde no se deje a nadie atrás.