Estamos a pocos días de iniciar un nuevo año calendario. El 2019está a las puertas. Regularmente cada período de tiempo al cual nosotros le llamamos año, le vinculamos propósitos y metas que luchamos tesoneramente para alcanzarlos, en algunos casos solo son vanas intenciones, por lo tanto, la evaluación de los resultados se hace indiscutible.
Muy común es que, hagamos una gran lista de nuestras intenciones, las cuales van desde temas a favor de la salud como el ejercicio, la alimentación, pasando por inscribirnos en la universidad, estudiar mucho, ahorrar, trabajar horas extras, hasta visitar más frecuentemente a nuestra familia lejana, ser mejores hijos, padres, cónyuges, mejores vecinos, ciudadanos, mejores cristianos, entre una gran lista de buenas intenciones.
Lamentablemente, después de haber hecho una evaluación de lo que dejó el año anterior y haber sentido el impulso de planificar el año que viene, pocas semanas después de iniciado el año bastan para ir dejando uno a uno los propósitos y las metas en el olvido. Hay muchos factores coadyuvantes para que eso pase. Sin embargo, es muy útil que seamos firmes en nuestros planes de futuro, lo que nosotros hagamos tendrá repercusiones impresionantes para nosotros y quienes nos rodean.
Tengamos claro que nuestros sacrificios se convierten en lecciones de vida para nuestros descendientes y sus generaciones. Si nosotros luchamos y luchamos, ellos nos recordarán como unos luchadores perseverantes. A veces llegamos a la meta, a veces no, pero lo de luchadores tenaces no lo perderemos. Contrario a eso, podemos dejar otra imagen: irresponsables, impuntuales, haraganes, incumplidos, fracasados, viciosos, y una gran lista pueden ser elementos característicos. Si tan solo cambiamos de enfoque y nos trazamos horizontes claros, sencillos y realizables. El futuro nuestro y de la familia depende de nosotros. Una meta bien trazada y alcanzada puede ser la línea divisoria entre un antes y después en nuestras vidas.
La sociedad para que cambie, necesita de nuestro aporte, no debemos ser solo espectadores y esperar que los otros hagan las cosas, un pensamiento así lo que hace es simplemente contribuir a seguir mal. Debemos participar en favor del cambio para nosotros y para la sociedad. Las cosas se construyen lentamente y con el grano de arena que me corresponde aportar. No dejemos que los demás hagan las cosas, seamos protagonistas de nuestra propia historia y de la historia de nuestro entorno.
Yo deseo para cada uno de ustedes un 2019 de realizaciones, logros, de luchas y de esfuerzos. Recuerden que triunfa el que se cae y se levanta, no importa cuántas veces, lo importante es que siga intentando. Nuestro país necesita de gente de bien, pues de lo otro estamos rebosantes.