Cada padre necesita revisar con propiedad la relación con sus hijos.
Parece que fue ayer cuando por primera vez te tuve en mis brazos, estuve presente cuando naciste y fui el primero en cargarte, fue una experiencia sin precedentes, viniste a nuestra vida a dar felicidad. Hace unos días cumpliste la mayoría de edad, ese acontecimiento me hizo revisar cada etapa de tu vida, desde tu nacimiento hasta la fecha en que te conviertes en una ciudadana con derechos y
obligaciones.
En la revisión de recuerdos vino a mi mente tu primer año de vida, tu primera enfermedad, las carreras hacia las consultas médicas y tus primeras fotos, desde muy pequeña fuiste especial para posar para la cámara. Recordé cuando te bañé por primera vez, te hacía el biberón, cambiaba tus pañales o cuando salía a pasear contigo. Vi en ti cualidades muy especiales, no lo digo como un padre que solo ve lo positivo, lo digo porque en realidad generas sentimientos de afecto y respeto por tu forma de comportarte y de ser con tu familia y con los demás. Demuestras virtudes, habilidades y especiales formas de cuidar a los demás.
Recuerdo cuando fue tu primer día de clases, o cuando hiciste tu primer proyecto de vida, siempre has sabido lo que quieres ser, tienes metas claras, cuentas con un nivel especial de entrega a lo que deseas. Eres de aquellos hijos que no necesita que los padres estén detrás de ti para que realices tus tareas, o para que estudies, o cumplas con tus compromisos, eres el prototipo de hija que cualquiera desearía tener. También tienes cosas que mejorar, tu habitación tiene el secreto de lo que debes mejorar. A la par de los sentimientos que me generó el recorrido de vida que hice, he revisado que los años pasan en forma tan rápida que si uno no aprovecha cada etapa con sus hijos, después no puede regresar el tiempo. Cada padre necesita revisar con propiedad la relación con sus hijos, muchos dejamos de atender a la familia por el trabajo y nos lamentamos, cualquier momento que se pueda dedicar a ellos, será tiempo de valor incalculable en sus vidas.
Como padres debemos cuidar que los hijos se conviertan en ciudadanos de bien y que construyan ciudadanía. Elevo una oración por mi hija, su vida, futuro, bienestar y realizaciones, oración que repito cada noche con ella antes de acostarse. Felicidades princesa.