”La mejor opción es que la CIJ resuelva la histórica disputa“.
Todos crecimos sabiendo que existe una disputa territorial con Belice, pero ignoramos qué grado de conocimiento tiene la población acerca del mismo. Imagino que un porcentaje mínimo conoce los pormenores, pero otro tiene poco, superficial o ningún conocimiento sobre el problema. Para muchos, como dijera W. Churchill sobre otro asunto, el tema del diferendo y su desenlace es “una adivinanza envuelta en un misterio dentro de un enigma”. Y no lo culpo, en verdad el asunto es complejo y multidisciplinario. Y para complicar más, en muchas
ocasiones, ha sido manipulado y utilizado electorera e irresponsablemente en ambos países con fines políticos, cuando el mismo tiene una base legal, y hay que tener sólidos conocimientos de historia, relaciones internacionales, derecho internacional, para comprender bien qué exactamente sucedió en la época colonial, independentista y federativa, por citar solo algunas disciplinas científicas y períodos históricos importantes.
La gran mayoría de los guatemaltecos nunca ha viajado a Belice, no lo conocen, pero lo sienten cerca y les da dolor de Patria, más aún si crecieron y se les educó en la escuela con el “Belice es nuestro” (aún recuerdo los cuadernos escolares con ese texto en ambas pastas) y dibujaban la Bandera de Guatemala sobre el territorio beliceño. No así las nuevas generaciones, especialmente a partir de 1991, cuando reconocimos jurídicamente a Belice, establecimos relaciones diplomáticas con ese país, pero no reconocimos la frontera y dejamos pendiente la resolución del diferendo, por la vía del Derecho Internacional.
Pues bien, tras la aprobación de la Consulta Popular, ese añejo conflicto puede terminarse en pocos años y es lo mejor que puede sucedernos, porque el mismo ha impedido que tengamos una buena vecindad con nuestros hermanos beliceños, como corresponde entre países que comparten historia, civilización, costumbres, como la tenemos con El Salvador, Honduras o México. Qué imagen internacional damos cuando a nivel regional en el Sica (donde Belice es miembro pleno, al igual que nosotros) hablamos de integración, solidaridad y cooperación, ¿pero intramuros no terminamos de ponernos de acuerdo para resolver, por medios pacíficos, una larga disputa territorial? Nuestras poblaciones se merecen algo mejor: amistad, fraternidad, pero sobre todo, paz. La mejor opción es que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) resuelva la disputa. La historia así lo ha demostrado. No desperdiciemos esta histórica oportunidad. Apoyemos la consulta popular, informémonos y acudamos masivamente a votar, cuando las autoridades fijen la fecha.