Escritores diplomáticos en el siglo XIX y XX.
A lo largo de la historia de la República de Guatemala, dentro del mundo literario, existen personalidades que han combinado su profesión de escritores con la diplomacia, es decir, que se han desempeñado simultáneamente como diplomáticos y escritores. Esta combinación de literatura y diplomacia se ha dado en casi todo el mundo, pero cada vez es menor, ha abarcado diferentes categorías diplomáticas, desde embajador, pasando por los cónsules y, por supuesto, agregados culturales.
Así, en el caso de Guatemala, en el siglo XIX figuran personajes de la talla de José Milla y Vidaurre o Salomé Jil, fundador de la novela en la literatura guatemalteca (secretario de Estado a cargo del Despacho de Relaciones Exteriores y embajador de Guatemala en Estados Unidos, durante el Gobierno de Rafael Carrera) y el prolífico escritor Enrique Gómez Carrillo (cónsul de Guatemala en Francia en la época del presidente Manuel Estrada Cabrera).
En el siglo XX figuran el historiador Adrián Recinos, reconocido nacional e internacionalmente por sus publicaciones acerca de la historia de Guatemala y traducciones de antiguos manuscritos mayas, ministro de Asuntos Exteriores (1922-1923); embajador de Guatemala en España, Francia e Italia (1922-1923); embajador de Guatemala en los Estados Unidos (1928-1943); el poeta, escritor y ensayista Flavio Herrera (embajador en Argentina y Brasil durante el gobierno del presidente Juan José Arévalo); Carlos Manuel Pellecer (cónsul general en Países Bajos, embajador de Guatemala en México y cónsul en Houston en 1947); el reconocido poeta y escritor Luis Cardoza y Aragón (durante el Gobierno del presidente Árbenz se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores y como embajador de Guatemala en Rusia, Suecia y Noruega); el dramaturgo, historiador y escritor Manuel Galich (ministro de Relaciones Exteriores 1951-1953; embajador de Guatemala en Uruguay en 1953 y embajador de Guatemala en Argentina en 1954); la escritora y abogada Carol Zardetto (cónsul general de Guatemala en Vancouver, Canadá 1997-2000).
Mención especial merece el más universal de los guatemaltecos, el premio nobel de Literatura Miguel Ángel Asturias, quien también se encuentra dentro de los escritores que desempeñaron diversos cargos diplomáticos: durante el gobierno del presidente Juan José Arévalo fue embajador de Guatemala en El Salvador; durante el gobierno del coronel Jacobo Árbenz Guzmán fue embajador de Guatemala en Argentina y el presidente Julio César Méndez Montenegro lo nombró embajador de Guatemala en Francia, cargo que ostentaba cuando recibió el Premio Nobel de Literatura en 1967.
Así, Guatemala ha estado representada por diplomáticos y también reconocidos literatos.