Hablar de prevención de la violencia y el delito es un tema relativamente joven para el país, pues hace unos años las líneas estratégicas se enfocaban más en el combate al problema, pero no se trataba de raíz; es decir, no se tomaba en cuenta los factores que permiten una situación violenta o la comisión de un delito.
Cuando tenemos poco o nulo conocimiento de lo que implica la prevención, se puede pensar que son acciones que no valen la pena, porque es lógico que, frente a una condición de inseguridad, lo que esperamos es una pronta acción o reacción, no obstante, ambos temas se concatenan.
A nivel global, son varios los países que nos llevan ventaja en el tema, y organizaciones, como las Naciones Unidas (ONU), llevan más de 60 años realizando acciones, como los congresos sobre prevención del delito y justicia penal.
Por su lado, la Organización de Estados Americanos (OEA), a través del Departamento de Seguridad Pública, de la Secretaría de Seguridad Multidimensional, ha creado la Red Interamericana de la Prevención de la Violencia y el Delito.
En el caso de Guatemala, cuenta con una Política Nacional sobre el tema, así como su respectiva Estrategia Nacional y Modelo Lógico. El último se considera un instrumento de gran valor, porque se fundamentó en evidencia científica sobre el flagelo de la violencia, lo cual dio como resultado la identificación de 18 causas directas y 77 causas subyacentes.
Dentro del tema de prevención, existe el subtema de la prevención comunitaria del delito, el cual busca definir acciones para trabajar en conjunto gobierno central, gobierno local y las comunidades, con el fin de garantizar un ambiente de convivencia pacífica.
La meta para 2020, según el Plan Estratégico Institucional, del Ministerio de Gobernación, es implementar y ejecutar los planes y políticas en materia de prevención en 145 municipios priorizados, lo que significa incrementar en un 88 por ciento la asistencia técnica a organizaciones comunitarias de esos territorios.
Es de reconocer que en el país se empieza a priorizar la prevención sobre la reacción ante el delito, además de que existen varios instrumentos que nos trazan el camino a seguir; lo que se necesita es continuar en la brecha y ser pacientes, porque los buenos resultados son a largo plazo, por lo cual se necesita que las acciones trasciendan por años.