A través de la resolución A/RES/68/192, de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), se estableció el 30 de julio como el Día Mundial contra la Trata, un delito que constituye una grave violación a los derechos humanos.
Al respecto, el artículo 3 del Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata define ese flagelo como “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación”.
Cuando la definición del delito de trata habla sobre los fines de explotación, se refiere a la explotación sexual, la prostitución ajena, trabajos forzados, la servidumbre, la extracción y tráfico de órganos, la explotación laboral, mendicidad, la adopción irregular, el reclutamiento de menores de edad para cometer delitos, embarazo forzado, matrimonio forzado, y cualquier tipo de esclavitud. Tanto la definición como la derivación de lo que significa explotación se vuelve algo sumamente preocupante porque, si vemos con atención, tenemos el delito de trata frente a nosotros, todos los días, sin que sea denunciado.
Me refiero a que, cuando se escucha la palabra trata suele asociarse solo con la explotación de índole sexual; sin embargo, se practica cuando vemos a una persona aprovecharse de otra para pedir dinero en la calle, también cuando vemos a menores de edad trabajar en tiendas, panaderías y tortillerías; y qué decir de los menores reclutados por el crimen organizado para cometer delitos, ya que, siendo víctimas, resulta que los tachamos de victimarios.
Este año, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) estableció como el tema central del Día Mundial de la Trata: la respuesta a la trata de niños y jóvenes. El tema responde a que, según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas, el 30 por ciento de las víctimas de trata son niños.
Nuestro papel como sociedad, denunciar ante las autoridades cuando estemos frente a la manifestación de ese delito.
Para participar en la campaña en redes sociales se pueden utilizar las etiquetas #Trata y #FinALaTrata.