Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cerca de mil 400 millones de personas pierden la vida de forma violenta, muchas otras quedan heridas, de tal forma, que las repercusiones las sufrirán de por vida.
Por ello, es alentador ver que cada día hablamos, discutimos y entendemos más sobre el concepto de prevención de la violencia, después de años de apuntar a líneas que solo abordaban el problema cuando ya había ocurrido, ahora empezamos a entender la relevancia de prevenir.
Los esfuerzos son a nivel global y una de las formas en que se ve reflejada esa preocupación es a través del Plan de
Acción de la Campaña Mundial de Prevención de la Violencia 2012-2020, como podemos notar, estamos a un poco más de dos años para que el Plan culmine y se evalúen los logros alcanzados.
¿En qué consiste el Plan?
Para comenzar, el Plan consta de seis objetivos: los primeros dos se engloban en otorgar más prioridad a la prevención de la violencia como una cuestión de salud pública; los siguientes tres objetivos se enmarcan en sentar los cimientos de la prevención a través de planes de acción, recopilación de datos y fortalecimiento de las investigaciones.
Y el último objetivo exhorta a crear y aplicar estrategias de prevención de la violencia basadas en la evidencia.
A nivel regional también se ha contemplado la prevención, una muestra de ello, es que dentro de la Estrategia de Seguridad de Centroamérica (Esca) se encuentra un componente que aborda el asunto y busca “desarrollar políticas, programas, estrategias y acciones que permitan la prevención en los siguientes temas: violencia juvenil, violencia armada, violencia de género, tráfico ilícito y trata de personas, prevención desde lo local y los efectos de los desastres naturales en especial los provocados por el cambio climático”.
Es importante entender que las acciones encaminadas a la prevención de la violencia, que buscan reducir los factores que alimentan la delincuencia por dos razones: primero, para evitar que la violencia se manifieste.
Segundo, si ya se ha manifestado, evitar que se siga reproduciendo.
La prevención es primaria cuando se aplica antes de que ocurra la acción violenta. Es secundaria cuando se dirige a actores en riesgo de ser víctimas o victimarios.
Y es terciaria cuando la violencia se ha manifestado y se busca disminuir los efectos negativos.