El pasado 24 de julio, se realizó en el auditorio I-100 de la Universidad del Valle, la inauguración de Converciencia 2017, que tendrá lugar del 24 al 28 de julio en Guatemala. Converciencia es un diálogo entre científicos y científicas que trabajan en docencia e investigación fuera del país, y quienes vienen por una semana a desarrollar un programa de actividades de intercambio con estudiantes universitarios, profesores, investigadores, empresarios y tomadores de decisiones académicas, de cara al desarrollo nacional.
De un total de 22 científicos, 8 mujeres están previstas para el intercambio. Paleogenómica y metagenómica; biología molecular y celular; micología, hongos y patógenos; biotecnología; física, nanociencia y microsistemas; geología, limnología y nanotecnología, son sus especialidades.
Saludamos a Converciencia 2017, en particular a las mujeres científicas que participarán en el evento. Pero necesitamos más mujeres en estos ámbitos, considerados históricamente masculinos. El país precisa de más mujeres en cargos directivos, en los espacios de toma de decisiones para dedicar más esfuerzos de política pública, más presupuesto y más inversión en función del avance científico y tecnológico con equidad y pertinencia cultural.
La ciencia, la tecnología e innovación, son factores de desarrollo. Funcionan como piezas habilitantes de un engranaje más grande, el de las acciones de política pública para la transformación productiva del país, en función del bienestar de hombres y mujeres.
Juntos y a partir de un propósito común, generan dispositivos técnicos para el acceso de la gente al ejercicio de sus derechos a la salud, la educación, los servicios básicos, la infraestructura y la alimentación.
Esta función se enmarca en las acciones para el fortalecimiento de las capacidades del Estado, que deben contar con una institucionalidad dirigida a la gestión de la ciencia, la tecnología y la innovación y afianzar su rol en esta línea. En el Plan Nacional de Desarrollo K´atun Nuestra Guatemala 2032, es una meta que busca dar sostenibilidad al bienestar social y económico, a partir de las potencialidades territoriales. Requiere de la participación de todos y todas.