La Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan) recomendó a los padres de familia velar por la nutrición de sus hijos en edad escolar, con refacciones saludables, para lograr así el aporte de la energía necesaria para un rendimiento ideal, tanto físico como mental, para el inicio del ciclo escolar 2020.
Marian Dávila, nutricionista de la Dirección de Monitoreo y Evaluación de la Sesan, explicó que, debido a que las jornadas escolares se han prolongado, es necesario que los niños tengan entre cinco y seis tiempos de comida, siendo desayuno, almuerzo y cena, más dos refacciones (si tienen una jornada de estudio muy larga).
Dávila señaló que la preparación de la lonchera no reemplaza ninguna de las tres comidas principales y es la oportunidad ideal para consumir frutas, verduras y alimentos saludables. La lonchera puede ser una herramienta para que los niños adquirieran hábitos para una alimentación balanceada, que llene el requerimiento no sólo calórico sino de proteínas, grasas, carbohidratos y lo necesario para tener una vida sana.
La experta resaltó que, en la mayoría de ocasiones, se comete el error de tratar de que los niños menores coman como el hermano mayor. Pues cada uno tiene su propia capacidad gástrica y las porciones deben ir aumentando con el tiempo.
“La lonchera adecuada cuenta con alimentos de diferentes grupos: Uno que brinde energía, como cereal, pan o tortillas de harina; una fuente de proteína como el pollo, huevos o lácteos; un alimento que aporte vitaminas y minerales, como frutas o verduras, y un refresco, preferiblemente natural, o agua pura”, puntualizó.
A continuación se detallan algunas opciones de alimentos que podrían incluir en la refacciones de los pequeños.
Lonchera 1:
Pan con pollo
1 manzana escolar
Rosa de Jamaica
Lonchera 2
Sandwich con atún
Porción de fresas picadas
Jugo de pera
Lonchera 3:
Galletas integrales
Ensalada de frutas con yogurt (natural, sin azúcar)
1 mandarina
Lo que debemos evitar incluir en la lonchera son los jugos procesados, sodas y refrescos que contengan conservantes y colorantes, leches azucaradas, golosinas (chocolates, dulces) y frituras, pan dulce y postres en general y, en la medida de lo posible, los embutidos, ya que tienen un alto porcentaje de grasa y preservantes.
Uno de los retos principales es que cuando el niño se siente con compañeros que lleven golosinas prefiera comer lo que lleva en su lonchera, por lo que se recomienda de vez en cuando empacar porciones pequeñas de frituras o dulces en bolsitas o recipientes. Es importante involucrar a los niños en el proceso de compra, ir con ellos al supermercado para elegir los alimentos que quieren llevar y, de ser posible, que preparen su lonchera para que se sientan motivados a comer.
*Con información de Sesan