Cada año, con la celebración de las fiestas navideñas, la demanda del pinabete crece al igual que la vulnerabilidad de las más de 27 mil hectáreas de bosque natural en el país, debido a que los depredadores talan los árboles de manera ilegal y comercializan sus ramas, lo que causa su deterioro.
Por ello, en la estrategia impulsada para su manejo y conservación se cuenta con plantaciones bajo manejo que permiten su comercialización sin infringir la ley y a la vez contribuyen a que el área boscosa se mantenga.
Erick Alvarado, técnico forestal del Conap, explicó que existen 94 sitios identificados donde se encuentran los bosques de dicha especie, y un 74 por ciento se encuentra en áreas protegidas.
Totonicapán es el departamento donde se concentra el mayor remanente del bosque, y le siguen San Marcos y Huehuetenango. • Patricia González