Cada año, Guatemala se ve afectada por los incendios forestales, en su mayoría provocados por el ser humano, ya sea por la adaptación de tierras al uso agropecuario o por el mal manejo de la tradicional técnica de quemas por roza, como en el caso del Parque Nacional Laguna de Lachuá.
Para constatar el desastre ocasionado en esta reserva natural, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) efectuó la semana pasada una visita al río Quishpur, uno de los 12 puntos que fueron perjudicados con daños a la flora y fauna del lugar, en una extensión de 700 hectáreas.
Llama la atención que en este caso particular, los siniestros obedecieron a acciones realizadas por grupos de usurpadores de tierras, quienes practican métodos agrícolas no controlados y al propagarse el fuego no hacen nada para detenerlo ni avisan a las autoridades, señaló Pablo César Valdés Aguilar, director regional del Conap.
No obstante, el funcionario explicó que entre las acciones coordinadas con el Instituto Nacional de Bosques (Inab), la Dirección de Protección a la Naturaleza (Diprona), de la Policía Nacional Civil (PNC), y el Ejército de Guatemala, se llevó a cabo el zanjeado de brechas cortafuego, y así se logró proteger los recursos que aún no se habían quemado.
También detalló que dentro de la flora damnificada se cuentan plantas de xate, pacaína y árboles de ramón, y entre la fauna, hay monos, pumas, jaguares y coches de monte. El Parque Nacional Laguna Lachuá fue declarado área protegida en 1996 y forma parte de la Biósfera Maya.