Este año no habrá sorpresas en la economía guatemalteca. No se vislumbran bruscas alzas en el tipo de cambio, en las tasas de interés ni mucho menos en el aumento de la productividad.
El producto interno bruto (PIB) apenas crecerá un 3.5 por ciento, mientras el aumento de la población se prevé en 1.33 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Al comparar el alza inflacionaria o el Índice de Precios al Consumidor, el saldo es de menos 0.5 por ciento, en virtud de que el PIB solo mejoraría un 3.5 por ciento.
Las proyecciones para 2025 tampoco son tan alentadoras, aunque el país tendría un ligero dinamismo y su crecimiento alcanzaría 3.6 por ciento. Al menos esas son las principales conclusiones del Banco de Guatemala (Banguat)al analizar las principales variables macroeconómicas del primer trimestre de 2024.
Tras la pandemia El 2020 fue el peor, debido a la pandemia del Covid 19.
Ese año Guatemala tuvo un retroceso a menos de 1.8 por ciento, para luego recuperar la senda alcista en 2021, al cerrar con un aumento de la productividad del 8 por ciento en 2021.
En adelante, la tendencia se repite y la nación recobra su margen histórico al mantener el aumento de la producción en un rango del 3 al 4 por ciento.
El presidente Bernardo Arévalo hace esfuerzos por mejorar el clima de negocios y atraer más inversión nacional y extranjera. Ha invitado a empresarios de Estados Unidos a que conozcan el escenario que ofrece Guatemala, aunque algunos analistas creen que esto llevará tiempo para tener sus frutos.
Por ahora, los sectores más dinámicos, aunque siempre lo han sido, son las actividades financieras y seguros, que aportan al PIB un 7.3 por ciento; luego siguen los alojamientos y servicios de comida, con 4.9 por ciento y las actividades inmobiliarias, con 5.1 por ciento de contribución al PIB. Según expertos, para que el país logre reducir los altos índices de pobreza, el PIB debe aumentar en no menos del 6 por ciento, de manera sostenida.