La lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en Guatemala ha dejado un impacto significativo en lo que va del año. Del 1 de enero al 12 de mayo, las acciones de la Policía Nacional Civil (PNC), mediante la Subdirección General de Análisis de Información Antinarcótica (SGAIA), resultaron en la incautación de drogas, dinero, bienes y armamento, con un valor de 1 mil 52 millones 67 mil 643.16 quetzales.
Según estadísticas de la SGAIA, se destruyeron 368 mil 456 matas de marihuana, 1 millón 490 mil 240 plantas de amapola y 1 millón 477 mil 437 arbustos de coca. Además, se inutilizaron 8 mil 366.22 kilos de cocaína, 4.26 kilos de crack, 491.99 kilos de marihuana y 1.87 kilos de metanfetamina, así como 0.85 toneladas métricas de precursores químicos.
Las autoridades también lograron confiscar grandes sumas de dinero en efectivo: 788 mil 348.35 quetzales, 139 mil 85 dólares estadounidenses, 4 mil 89 euros y 18 mil 121 pesos mexicanos. En cuanto a bienes, se decomisaron 99 vehículos, 2 embarcaciones, 53 armas de fuego, 1 mil 982 municiones y 140 tolvas. Durante este período, 454 personas fueron detenidas por su presunta vinculación con el narcotráfico, incluyendo cinco con solicitudes de extradición.
Walter Menchú, analista en temas de seguridad del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), ve positivos los resultados. Según Menchú, estos esfuerzos deben abordarse en la reunión bilateral entre los presidentes de Guatemala y México, e incluir la mejora de los controles aéreos y marítimos para interceptar drogas antes de que ingresen en el territorio nacional.
Entregados a la DEA
En la misma línea de combate a esta problemática, seis presuntos narcotraficantes fueron extraditados ayer a Estados Unidos. Juan José Morales Cifuentes, Melvin Hilario Estrada Flores, Pedro Pablo Yaser Barrios Cruz, Magner López Mejía, Jorge Luis Rodríguez López y Esvin Fernando Marroquín Túpas quedaron en manos de la Administración para el Control de Drogas (DEA).
Menchú destacó que estas extradiciones debilitan significativamente las operaciones del crimen organizado en la región, y subrayó la relevancia de la cooperación internacional para asegurar el intercambio de información e inteligencia con países como Estados Unidos, México y Colombia.