Tras una reprogramación debida a fallas técnicas, el juicio por genocidio Ixil contra Benedicto Lucas García se reanudó ayer en el Tribunal A de Mayor Riesgo, cuyo debate ha sido escenario de testigos que vivieron los horrores del conflicto armado interno cuando el procesado fungía como jefe del Estado Mayor del Ejército.
Entre los testigos destacó Juana Gómez, quien describió cómo su esposo y uno de sus hijos fueron llevados por soldados al destacamento militar de Quiché y nunca regresaron. Asimismo, la fiscalía y los querellantes solicitaron trasladar a Lucas García, actualmente hospitalizado, al tribunal, en contraposición a la abogada defensora que solicitó un aplazamiento del debate por 10 días, y se negó a seguir representándolo.
