En el laboratorio de serología y genética del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) se lleva a cabo una labor científica crucial para la identificación de personas y solución de casos criminales, gracias a los aportes que se realizan en el ámbito forense.
El citado departamento, que cuenta con equipamiento de última generación y expertos altamente capacitados, se compone de dos áreas complementarias, que facilitan, mediante técnicas especializadas, el análisis de muestras biológicas recolectadas en escenas del crimen, que se comparan con perfiles genéticos almacenados en su base de datos.
El procedimiento Ana Lucía Ovalle, perita y jefa del laboratorio, explicó que el proceso se inicia en el espacio de serología, donde se determina la presencia de fluidos como sangre saliva y semen, así como elementos pilosos (pelos), que garantizan constatar material hereditario para la solución de casos de agresión sexual u homicidio, entre otros.
Se refiere que en el centro se efectúan estudios de ADN obtenido de las muestras, con lo que se individualizan los resultados para la identificación de sospechosos o emparejarlos con el objetivo de saber si dos o más individuos tienen alguna relación de consanguinidad.
Luego, mediante el uso del software especializado CoDIS (Combined DNA Index System) se interpretan los datos y se descarta o confirma el posible parentesco, para trasladar la información solicitada por las autoridades competentes.
La resolución Nancy Say Rodríguez, coordinadora del banco de datos genéticos, explicó que estudios hechos en el Laboratorio permitieron perfilar a cinco presuntos violadores en serie.
Los últimos casos se identificaron de 2019 a la fecha, y fueron rastreados en Chimaltenango, Alta Verapaz, Suchitepéquez, Sacatepéquez y la ciudad de Guatemala. El más reciente se culminó en mayo de 2023, cuando se emitió condena contra uno de estos criminales que perpetraba sus delitos en Suchitepéquez. Estudios del Laboratorio determinaron que había cometido 15 abusos.