El diseñador de modas guatemalteco conversa de Cuando todo pase y sus nuevos proyectos.
A lo largo de su carrera, Alexander Ayala se ha alejado del concepto tradicional de moda, para acercarse más al arte. Los valores sobre los que se sustentan su persona y su marca se replican durante la pandemia con Cuando todo pase, una colección de mascarillas artesanales cuyas ventas se destinan íntegramente a preparar y repartir comida entre la población vulnerable del Centro Histórico capitalino. De este y otros proyectos conversa el diseñador en ¿Qué están haciendo?
¿Qué estabas haciendo antes de responder este cuestionario?
Terminando de editar unas imágenes y desayunando un batido de vainilla… De Burger King, no creas que algo de proteínas o sano.
¿En qué consiste el proyecto Cuando todo pase?
“Cuando todo pase” es una frase que se repetía mucho al principio de la pandemia, y yo mismo me descubrí diciéndola, hasta que en un momento perdió sentido. Quiero recuperar la esperanza de esas palabras por medio de donaciones de alimentos. Muchas veces olvidamos lo afortunados que somos al tener un techo o un plato de comida, y la realidad es que muchas personas no tienen nada de esto. Muchos no pueden quedarse en su casa a esperar que todo pase, y me pareció bien apoyarlos con una comida lista para consumir, que puede ser un desayuno, un almuerzo o una refacción.
Cuando todo pase se sostiene con las ventas de una colección cápsula de mascarillas ¿Cuál es el concepto detrás de estos diseños?
Quería hacer una mascarilla que reflejara la esencia de mi marca, moda hecha a mano, y fuera coherente con la estética de mi trabajo previo. Esta semana tendremos dos estilos nuevos disponibles, elaborados en seda con microfibra antibacterial y detalles en foil dorado y cuero italiano.
Además, preparas y repartes estos alimentos tú mismo ¿Qué es lo que más te ha conmovido o impactado en ese proceso?
Me gusta cocinar porque lo veo como un acto de amor hacia uno mismo y los demás. Mi primer trabajo fue cocinando; así que estoy acostumbrado a hacerlo, y esta vez me sirvió para calcular las raciones de comida que puedo preparar en mi cocina, y transportar. Me impacta mucho la cantidad de jóvenes que se encuentran en situación de calle. Me gusta llegar y preguntarles si quieren almorzar. Son muy amables y agradecen siempre, pero sé que ese plato de comida no es suficiente para sacarlos de allí, y eso es lo más difícil de todo.
En paralelo a este proyecto, ¿en qué has estado trabajando últimamente?
MIDAS es una colección- cápsula en la que repetimos colaboración con Andree Pain y sus ilustraciones, y para la que hicimos un corto visual con Giuseppe Badalamenti en Lívingston, Izabal, unos meses antes de la pandemia. Con el tiempo extra que tengo quiero ponerle atención a detalles bordados a mano y a crear elementos escultóricos para representar la historia de este rey bajo la estética de mi marca.
¿Cuáles son las actuales fuentes de inspiración de tu trabajo?
Tenía muchos proyectos a medias y dispersos, y estos días me inspiraron a retomarlos con más calma y más tiempo. También comencé un jardín, y entre las plantas tengo naranjas y granadas. Me gusta pensar en un tema y desarrollarlo en forma de colección.
¿Cómo crees que esta crisis mundial va a transformar el concepto moda?
Creo que se trata más de cómo el usuario transformará el concepto de lo que consideramos “moda”. El rol de las marcas es reconectar con su audiencia de otras maneras, y en el caso de la mía, creo que su papel es inspirar. En los meses que vienen quiero generar sentimientos y recordarle a la gente que decidí hacer moda como la idea de que algo efímero puede representar y mostrar lo mejor de la humanidad.
