Estas son las razones por las cuales no debería perderse la segunda entrega de la cinta de Disney.
El tiempo suele ser engañoso y, aunque no lo parezca, seis años han pasado ya desde que cantamos y nos deslizamos sobre el hielo con el estreno de Frozen. El segundo capítulo de esta cinta sale al encuentro de Elsa y Anna, quienes, junto a Olaf, Kristoff y Sven, dejan el reino Arandelle para visitar una tierra encantada y tratar de descubrir el origen de los poderes de la mayor de las hermanas. La secuela del filme animado, que cautivó a niños, adultos y críticos, llega mañana a nuestro país y le dejamos cinco razones para no perdérsela.
Vínculo entre hermanas
Si algo nos dejó claro Frozen es que el vínculo entre Elsa y Anna es irrompible. Aunque Disney suele centrarse en el amor romántico o de pareja, una de las características que más le atrajo al público acerca de la primera parte es que la cinta resaltó los lazos fraternales. Sterling K. Brown, una de las nuevas incorporaciones al elenco de voces, dijo que Frozen II no será la excepción. “No importa qué pase, estas dos hermanas se tienen la una a la otra”, apuntó el actor a The Hollywood Reporter.
Olaf
Y aunque las princesas eran autosuficientes, un buen compañero nunca está de más. Olaf es un inocente muñeco de nieve que recibe vida involuntariamente gracias a los poderes mágicos de Elsa y que años más tarde ayuda a Anna a encontrarla. El personaje es uno de los más adorados de la saga, e incluso cuenta con su propia cinta, Olaf’s Frozen Adventure, un mediometraje de 22 minutos que se estrenó de forma limitada en cines de EE. UU. y que ahora puede verse en Netflix.
Unas princesas diferentes
Otro de los atractivos de Frozen es que Elsa y Anna distan mucho de ser las típicas princesas de Disney, y a lo largo del filme toman conciencia de temas como la opresión y el verdadero amor. De acuerdo con Chris Buck, codirector del segundo episodio, este aspecto será reforzado con las protagonistas hallando su fuerza interior. “Existe la idea y la verdad de que las mujeres pueden salvarse a sí mismas sin necesitar que un personaje masculino lo haga por ellas”, añadió Brown.
Una maravilla animada
Poco se puede añadir al gran trabajo que Disney hace en cuanto a efectos especiales; sin embargo, Frozen es una de sus obras maestras debido al realismo que guarda. ¿Recuerda la escena en que la reina Elsa construye el castillo de hielo mientras canta Let it go? Pues bien, crear un cuadro de 36 segundos le tomó ¡30 horas! al equipo de animación. Otro detalle al que le pusieron énfasis fue la cabellera de Elsa, formada por no menos de 400 mil hebras, que son 373 mil más de las que llevó Rapunzel en Tangled (2010).
Las nuevas canciones
Frozen consiguió dos Óscar: uno a película animada y otro a canción original por Let it go, interpretada por Idina Menzel. Ese tema, como buena parte de la banda sonora de esa cinta, fue compuesto por Kristen Anderson-Lopez y Robert Lopez. Ambos vuelven para ponerle sonido al segundo capítulo con siete nuevas composiciones, que prometen conquistar a los fans y que ya están disponibles en las plataformas digitales.
