La fotógrafa guatemalteca participará en el Congreso de Foto Naturaleza, en Argentina.
Hace unos cuantos años ya, Andrea Torselli entregó su objetivo y sus días a la fotografía de paisajes. Con su cámara, la guatemalteca ha recorrido desde el monte Eve-rest (Asia) hasta la Patagonia (Sudamérica), en busca de una belleza que se refleje de forma auténtica en sus imágenes. Muy conocidas se han hecho sus tomas de amaneceres y atardeceres, de las cuales hablará en el Congreso de Foto Naturaleza 2019, que se celebrará del 10 al 13 de octubre en Villa Angostura, Argentina. De su participación y sus próximos proyectos nos habla en ¿Qué están haciendo?
¿Qué estabas haciendo antes de responder esta entrevista?
Fue un día Patagónico, un poco agitado. Regresaba de realizar fotografías de la navegación por los témpanos del Glaciar Upsala y el Glaciar Spegazzini (Argentina). Como es normal en esta época del año en el Sur, hubo mucho viento y lluvia.
En un par de semanas participarás en el Congreso de Foto Naturaleza 2019. ¿Cómo surgió esta invitación?
He trabajado en Sudamérica por dos años y medio. Hace varios meses recibí la invitación para participar junto a otros siete disertantes de Chile, Argentina y Colombia; y me sumé con mucha emoción. Hablaré de paisajes, específicamente de fotografía de amaneceres y atardeceres.
Además del congreso, ¿en qué proyectos estás sumergida?
Siempre sueño en paralelo. Planeo el siguiente destino a fotografiar y doy cierre a series con temática común. A futuro, posiblemente, el mayor reto sea elaborar un libro acerca de mi trabajo, pues me llevará tiempo seleccionar y armar el contenido.
¿Cuáles son los paisajes que más te han impactado a lo largo de tu carrera?
El mundo es ancho, y es difícil elegir lugares. Independientemente de la fotografía final, siempre hay experiencias y toda una historia para llegar a cierta imagen, lo cual me hace ser más aprensiva. Siempre vuelvo a El Chaltén, en el sur de la Patagonia, donde el cerro Fitz Roy se pinta de naranja profundo al amanecer. Me he perdido semanas allí para recorrer senderos, acampar en medio de la nada y buscar un encuadre distinto. A esto sumo realizar fotos en Tikal, a medianoche, y el trekking al campamento base del Everest.
De Guatemala, ¿con que paisajes te quedarías?
Guatemala se puede fotografiar de punta a punta; es una maravilla de país. En el área de Alta Verapaz, las cuevas, sumideros, ríos y pozas turquesa son únicos. Puedes retratar cualquiera de los pueblitos alrededor del lago de Atitlán y todo Petén, que no solo incluye Tikal. Así, te podría hablar de cada rinconcito, porque tienen su propia magia.
¿De qué forma tu país sigue presente en tu trabajo?
Guatemala siempre está presente en mí y en mi trabajo. Me hizo ser más juiciosa con mi obra porque, pasa muy seguido, que nos acostumbramos a tener un paisaje, y lo volvemos rutinario. El desafío es verlo siempre con ojos nuevos y realizar algo diferente para lograr una toma especial.
