En una pasarela de moda se convirtió la antesala a la
91 edición de la premiación.
Las luces y las cámaras y la acción del séptimo arte se trasladaron anoche al teatro Dolby de Los Ángeles, California, para la 91 edición de los Óscar. Y si la ceremonia tiene el título de la más importante de la industria cinematográfica, su alfombra roja no se queda atrás, como la pasarela de moda más grande del mundo. Sobre ella, presentadores, nominados y futuros ganadores se dieron cita con un solo objetivo: deslumbrar.
Del negro al color
La alfombra roja de los Academy Awards arrancó de negro, con el esmoquin de Thom Browne, elegido por la joven estrella de Eight Grade Elise Fisher. Ese también fue el tono seleccionado por la modelo Ashley Graham y la presentadora Giuliana Rancic, una de las más “madrugadoras” de la cita.
Poco a poco el color hizo su aparición. La actriz Contance Wu, de Crazy Rich Asians, resplandeció en un vaporoso vestido amarillo, de la casa italiana Versace, mientras que Emilia Clarke, de Game of Thrones, supo brillar con un Balmain lavanda. Llamativo fue el estampado-metalizado, firmado por el libanés Elie Saab, que llevó la actriz Michelle Yeoh; y elegantísima se vio Regina King en un Oscar de la Renta blanco.
Esperadísimas
Muy esperado fueron las actrices de Roma. La marca Rodarte vistió a Yalitza Aparicio para su primera participación en esta gala, con un diseño en tul y verde agua. Su compañera Marina de Tavira, nominada como mejor actriz de reparto, usó un J Mendel en rojo, que completó con joyas de Lorraine Schwartz; y el tono de la pasión escogió también Nancy García.