Al chef Anthony Bourdain le apasionaba la comida y la bebida, pero sobre todo, la aventura. Nunca se limitó a quedarse al calor de los fogones, lo suyo era ir de país en país y descubrir los sabores buenos, malos y ácidos que las culturas tenían para ofrecerle. Porque si algo hizo el estadounidense a lo largo de su vida, que acabo el viernes a los 61 años, fue comerse el mundo. Hoy recordamos todas las vertientes en las que dejó un legado.
Cocina
Nacido en Nueva York en 1956, el amor de Anthony Bourdain por la comida comenzó al probar su primera ostra a bordo de un barco pesquero. Su historia en las cocinas se inició cuando laboró en restaurantes de mariscos de Massachusetts y posteriormente, al mando de locales neoyorquinos tan conocidos como Supper Club,One Fifth Avenue, Sullivan’s y Brasserie Les Halles.
Librerías
A Bourdain la fama le llegó en 1999 y no por su trabajo en un restaurante, sino por la escritura. Con el artículo Don’t eat before reading this introdujo a los lectores del New Yorker en las cocinas neoyorquinas. Le dio continuación un año después, con un libro en el que relataba su camino profesional: Kitchen Confidential. El estadounidense además es autor best sellers como A Cook’s Tour y The Nasty Bits.
Televisión
El éxito de Kitchen Confidential le consiguió a Bourdain su primer programa en televisión, el medio en que concretó su estatus de celebridad y gracias al que lo conocimos en Guatemala. Durante 35 episodios nos presentó A Cook’s Tour y luego No Reservations, centrado en viajes y comida. Un formato similar siguió en las 11 temporadas de Parts Unknow, de la cadena CNN, que ganó 5 premios Emmy.
Crónicas de viajes
Bourdain era chef, pero sus viajes lo convirtieron en un cronista único. Como esa ocasión en la que, en Vietnam, llevó al expresidente de EE. UU. Barack Obama a comer bun cha, un plato de cerdo marinado servido con salsa fermentada de pescado. Aunque lo más llamativo fue que todo sucedió en un restaurante pequeño, sin salida de emergencia y de dudosa calidad sanitaria. Lo que se dice poner en apuros al Servicio Secreto.
Aventura
Decía Bourdain que el cuerpo no es un templo, sino un parque de diversiones. Por eso, nunca tuvo reparos en probar platillos que al resto de los mortales le hubieran provocado terror. En Tailandia en 2017 se animó con unos sesos de cerdo y un caldo de sangre sazonada con hierba limón. “La sopa CSI”, dijo en referencia a la serie de televisión. Melindroso no era la palabra para describir a Anthony.