Desde que José Arcadio Buendía unió su vida a la de su prima, Úrsula Iguarán, las cosas se tornaron conflictivas. Para buscar tranquilidad, y huir de los malos presagios, decidieron dejar su pueblo y fundar Macondo. Cien años de soledad, obra cumbre del escritor colombiano Gabriel García Márquez, hará vibrar las tablas guatemaltecas en una adaptación de Estuardo Galdámez. La temporada arranca hoy a las 19:30 en la Sala de Teatro Manuel Galich de la Universidad Popular, 10a. calle 10-32, zona 1. Admisión Q60.
Una reinterpretación
La novela Cien años de soledad (1967) cuenta la historia de los Buendía, a lo largo de 7 generaciones. Para esta adaptación teatral, Estuardo Galdámez, quien también ejerce de director, intentó rescatar la esencia de la trama y conservar elementos importantes de la primera, segunda y tercera línea familiar.
Inicialmente, relata Galdámez, creó un borrador de 120 páginas, pero debido a la extensión decidió comprimir el libreto a 50 folios. Este proceso, continúa, representó el reto más grande de la pieza: “Todos los pasajes son fundamentales y con ellos tuve que formar una columna vertebral para conectar la obra”.
Con otra visión
El director también planteó una restructuración de distintas escenas. Por ejemplo, al montaje se añadió ese momento en que Úrsula expresa su sentir como matriarca de los Buendía y que en la novela aparece como un pensamiento. Además, propuso una variación, en la que los gemelos José Arcadio y Aureliano tienen la oportunidad de contar sus vidas con la conciencia de que existe un espectador.
Mágico
La escenografía de Cien años de soledad se fundamenta en el teatro de objetos y en los elementos simbólicos. Por eso, de un instante a otro las casas se convierten en sillas, y los paisajes en tazas. “El realismo mágico de Gabriel García Márquez nos ayudará a recrear el atractivo de una de sus obras más representativas”, concluye Galdámez.