Guillermo Monsanto y Luis Humberto Escobar repasan los puntos clave de su galería.
El 13 abril de 1988, artistas, embajadores y representantes de la cultura nacional abarrotaron una casa art decó de la avenida Reforma. Mientras los meseros sostenían las charolas en lo alto para abrirse paso entre la multitud, los jóvenes Guillermo Monsanto y Luis Humberto Escobar veían nacer su proyecto más importante: El Attico. Esta semana la galería celebra su 30 aniversario, y, con la ilusión intacta, estos socios nos abren las puertas de este espacio, ahora ubicado en la 4a. avenida 15-45, zona 14.
Los primeros en aceptar
Hace tres décadas, Guillermo Monsanto y Luis Escobar eran “jóvenes, bellos y sin haber amado”, bromea el primero, pero también decididos. Por eso, diseñaron su particular Attico, un sitio en el que confluyeran piezas antiguas con obras de arte. “El primer artista que dijo ‘sí’ a la galería fue Dagoberto Vásquez, quien participó con una pintura en la muestra inaugural”, comenta Monsanto.
A esa exposición, que bautizaron como Colectiva, se unieron, entre otros, Manolo Gallardo, Walter Peter, Ana María de Maldonado y Olga Arriola. “Nos tocó visitarlos en sus estudios y casas, y hablarles del proyecto. Todos nos dieron buena obra y luego se convirtieron en nuestros amigos”, explica Escobar. Monsanto recuerda que las primeras piezas que vendieron fueron dos serigrafías de Elmar Rojas, que otros galeristas habían descartado.
Diversificarse
Con el tiempo, El Attico abandonó el mercado de las antigüedades para dedicarse en exclusiva al arte y evolucionar hacia otros campos. “La galería es algo más que una tienda, pues asesoramos, cotejamos inventarios, hacemos valuaciones y publicamos libros. Somos parte de la Asociación de Museos de Guatemala y pertenecemos al Consejo Internacional de Museos”, indica Monsanto.
A raíz de una pieza de Dagoberto Vásquez que vendieron a unos extranjeros, surgió otra vertiente: su Centro de Documentación. “Comenzamos a registrar a los artistas que trabajaban con nosotros; y más tarde, los fallecidos y otras instituciones desparecidas nos heredaron sus catálogos y juegos extras. Al momento contamos con no menos de mil 200 biografías. Tenemos libros, invitaciones y prensa”, asegura Guillermo. Actualmente, estos están disponibles para investigadores, especialistas y estudiantes de distintos niveles.
Monsanto confiesa que tanto a él como a Escobar los sorprende hablar ya de 30 años de historia de un proyecto del cual muchos pronosticaron no funcionaría. “El mayor reto ha sido aguantarnos (ríe). No, realmente es como hacer un jardín: al principio queda muy bonito, pero si no se riega y poda, no funciona. Lo más difícil es mantenerse, y esa es una labor que solo se consigue diariamente”, añade Luis.
Mezcla generacional
Este dúo dinámico ha visto evolucionar el arte desde un planteamiento poco común: fortalecer la identidad y herencia artística y a la vez impulsar nuevos talentos. De hecho, durante el festejo del 30 aniversario, el jueves, en El Attico se reunirá una presentación antológica acerca del artista español Justo de Gandarias (1846-1933) y Los sueños de San Bartolomé, la más reciente colección del fotógrafo Eny Roland Hernández.