La celebración del centenario de Ingmar Bergman en 2018 promete aportar nuevas miradas acerca del cineasta de las sombras íntimas fallecido hace una década, con adaptaciones de sus obras al teatro y la televisión, así como documentales y la publicación de textos inéditos.
Ingmar Bergman, fallecido en 2007 a los 89 años, habría celebrado sus 100 años el 14 de julio de 2018. La fundación que lleva su nombre se encargará de coordinar la multitud de eventos anunciados para tal ocasión.
En el mundo entero se harán adaptaciones originales sacadas de su obra pública. Se esperan películas francesas, suecas o alemanas acerca este personaje fascinante, atormentado por la infancia, las mujeres y la muerte. También hay programadas decenas de retrospectivas, exposiciones y conferencias. “Sus piezas han sido objeto de unas 60 adaptaciones (para el teatro), imagínese”, dice por teléfono Liv Ullmann, la musa del cineasta. Añadió que en un año habrá un centenar y eso significa que el mundo está fascinado.
Para los aficionados a Bergman, los estudiosos o quienes descubren su obra, se publicarán numerosos textos y se volverán a editar ensayos y obras suyas. El director era también un escritor compulsivo que llenaba sus cuadernos de comentarios, dibujos, collages, etcétera.
Nuevas adaptaciones
Pero la poderosa escritura de Bergman se expresa sobre todo en el escenario, según Liv Ullmann, actriz noruega que fue la pareja del director y actuó en Persona y Sonata de otoño. La musa del cineasta dirigirá Infieles con un guión del maestro sueco.
Esas adaptaciones vuelven “más claro lo que dijo”, asegura. El filtro de la cámara, la violencia o la belleza de las escenas, los colores vivos o fríos que Bergman utilizaba en sus creaciones alejaban al espectador, opina Liv Ullmann. “Al adaptarlo al teatro, uno se aproxima a (sus) palabras”, añade.
Para la televisión, el creador de la serie estadounidense The Affair, el israelí Hagai Levi, retomará Secretos de un matrimonio, la autopsia de una pareja que agoniza.
Un director prolífico
Bergman, director y guionista fecundo que siempre tuvo un mayor éxito en el extranjero que en su propio país, construyó una obra exigente, a menudo difícil de acceso que conforma un perturbador reflejo de sus miedos y pasiones.
Su carrera cubrió la segunda mitad del siglo XX y lo llevó a coincidir con directores como François Truffaut, Federico Fellini, Roberto Rossellini, Luis Buñuel o Akira Kurosawa. Dirigió decenas de obras en el Teatro Dramático de Estocolmo, pero fue sobre todo su cine áspero, marcado por reflexiones sobre la pareja, la muerte y la soledad, el que lo hizo famoso.
Entre sus cintas emblemáticas cabe destacar Fresas salvajes, Oso de Oro en Berlín en 1957, El séptimo sello (1957), Gritos y susurros (1972), Secretos de un matrimonio (1974) y Sonata de Otoño (1978).
El cineasta sueco ganó en tres ocasiones el Óscar a la mejor película de habla no inglesa con El manantial de la doncella, en 1960, Como en un espejo, en 1961, y Fanny y Alexander, en 1983. Bergman rechazaba los premios, en 1997 no viajó a Cannes para recibir la Palma de Honor, una actitud que aumentó su fama de artista irascible.
*AFP.