El actor argentino Federico Luppi, figura legendaria del cine y el teatro, con estampa de galán recio y una presencia imponente frente a las cámaras, falleció hoy a los 81 años.
Federico Luppi, quien tenía también la nacionalidad de España, país en el que se radicó en 2001, sufrió persecuciones y amenazas de muerte por agentes de la dictadura (1976-1983) por sus ideas de izquierda y peronistas. “Si hay conciencia de que la vida no puede estar manejada por los mercados, seguramente seremos un poco más adultos y menos borregos”, declaró en una reciente entrevista.
El ministro de Cultura, Pablo Avelluto, lo despidió en las redes sociales con un tuit: “Adiós a Federico Luppi. Uno de nuestros mayores actores. Nos deja decenas de interpretaciones memorables en el cine y el teatro”.
El artista nunca dejó de subir a los escenarios y los sets, carrera que le hizo ganar numerosos premios nacionales e internacionales, entre ellos una Concha de Plata en el Festival de San Sebastián al mejor actor en 1997 por la película Martín (Hache), de Adolfo Aristarain. Participó en no menos de 80 filmes y su gran éxito teatral fue un protagónico en Convivencia (1979), obra del malogrado autor Oscar Viale. Fue integrante del mítico grupo Gente de Teatro en la década de los 60, fundador de un estilo realista y osado en las temáticas que influyó en varias generaciones de actores, actrices y autores, hasta el presente.
Un luchador
Fue Luppi el caudillo de gauchos Facón Grande en la película La Patagonia Rebelde (1974), de Héctor Olivera, quien narra los sucesos de una histórica huelga que terminó en un baño de sangre producido por el Ejército con centenares de fusilados. Desde aquella filmación, todos los artistas y hasta los técnicos entraron en una lista negra de la dictadura.
Quedó en los anales del cine argentino su personaje de Pedro Bengoa, un minero y exsindicalista enfrentado con tenacidad a una transnacional estadounidense en Tiempo de revancha (1981), de Adolfo Aristarain. Luppi fue el pequeño fabricante quebrado y estafado por la política aperturista del ministro de Economía de la dictadura, José Martínez de Hoz, en el laureado filme Plata Dulce (1982), de Fernando Ayala.
En uno de sus papeles más recordados, está el asesinado alcalde de un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires donde se desata una sangrienta batalla campal entre militantes peronistas de izquierda y de derecha, emblemática de lo que sucedió en los años 70, reflejada en la película No habrá más penas ni olvido (1983), de Héctor Olivera.
Bajo la dirección del cineasta mexicano Guillermo del Toro actuó en Cronos (1993), El espinazo del diablo (2001) y El laberinto del fauno (2006). Su canto del cisne fue Nieve Negra (2017), de Martín Hodara, junto al también laureado actor Ricardo Darín.
Durante su extensa trayectoria, recibió premios en festivales de Gramado, Sitges, Fort Lauderdale, La Habana, Huelva, Valladolid y Los Ángeles, entre otros.
*AFP