Un tracio en busca del amor, un despacho en el que se cocinan las relaciones diplomáticas y un edificio capaz de resistir el embate del tiempo aparecen en la colección de libros coeditados por la Dirección General del Diario de Centro América y Tipografía Nacional, y la Editorial Cultura. Este trío de títulos, compuesto por las novelas El evangelio del amor (Enrique Gómez Carrillo) y La oficina de paz de Orolandia (Rafael Arévalo Martínez), y la investigación Santiago el Mayor y sus catedrales en Guatemala (Josefina Alonzo), se presenta hoy a las 10:00 en el Salón de Banquetes del Palacio Nacional de la Cultura.
El evangelio del amor.
Enrique Gómez Carrillo.
Aunque el título de Príncipe de los Cronistas se lo ganó con creces, Enrique Gómez Carrillo también se sumergió en la novela. En El evangelio del amor (1922), el guatemalteco lleva al lector hasta el Imperio bizantino y hasta Teófilo, un tracio que al comienzo de la historia se autodescribe como “el más miserable de los pecadores”.
Después de concluir su retiro en Athos, el protagonista vuelve a su pueblo para encontrar a su pareja ideal. Aparece entonces Eudosia, una mujer poco agraciada que, sin embargo, lo hará replantearse el significado del amor. La última novela de Gómez Carrillo, con una sencilla estructura narrativa, habla de descubrimiento y evolución.
La oficina de paz de Orolandia.
Rafael Arévalo Martínez.
En la Biblioteca Mexicana en Guatemala, espacio del que fue director, Rafael Arévalo Martínez concibió La oficina de paz de Orolandia (1925). El escritor nacional expresa en esta novela la preocupación por su realidad inmediata con un discurso satírico y caricaturesco.
Arévalo Martínez sitúa su trama en la posible anexión de Orolandia (tal vez un país o tal vez una región) al Coloso del Norte. Para darle forma, y retratar los distintos rostros de la diplomacia, en la historia aparecen personajes clave como Félix Buendía, un poeta; o Eladio Casarrica, un cínico, que, sin embargo, acaba cumpliendo un deber cívico.
Santiago el Mayor y sus catedrales en Guatemala.
Josefina Alonzo de Rodríguez.
La Catedral Metropolitana, más allá de ser un símbolo de la fe católica, ha resistido los embates del tiempo, la naturaleza y los seres humanos. Eso es lo que destaca la historiadora del arte Josefina Alonzo de Rodríguez en Santiago El Mayor y sus catedrales en Guatemala.
Fue en la década de los 80 cuando Alonzo desarrolló este trabajo para la Dirección General de Investigación de la Universidad de San Carlos. Y, aunque logra ver la luz no menos de tres décadas después, continúa vigente. El texto se acompaña además de fotografías, dibujos y planos.