Ubicada en el corazón de las antiguas calles del Carmen y Beatas, hoy 8a. avenida 14-12, zona 1, las paredes de Casa MIMA resguardan muebles, elementos decorativos y utensilios de los siglos XIX y XX. Esta construcción original de 1870, que se convirtió en museo hace 18 años, volverá a latir este sábado, tras un proceso de restauración de tres meses.
Autenticidad
Roberto Andreu, director de museología y curador, indicó que la restauración de Casa MIMA consistió principalmente en el cambio del techo falso, cuya última renovación se había realizado en 1999, justo antes de la inauguración del museo: “Se hizo a prisa y sin cuidado de la calidad de la madera. No han pasado ni 20 años y una parte ya estaba picada y otra podrida”.
Una habitación, en la que aún existían cielos rasos colocados en 1920, pero sostenidos por una estructura de madera de 1870, también fue modificada. “Reprodujimos ese diseño para que toda la edificación tuviera la misma línea y con eso le dimos un toque de mayor autenticidad”, aseguró Andreu. Añadió que las transformaciones se hicieron con el fin de mantener la integridad de la construcción, sus colecciones y visitantes.
Durante las reformas, el equipo aprovechó para realizar trabajos de albañilería y pintura. “En las casas antiguas la mayoría de los muros son de adobe. En el interior del país ese tipo de material respira, pero en la ciudad se pintaba y con el tiempo, el salitre y la humedad brotaban. Hace tiempo que las paredes no estaban en óptimo estado”, expresó el curador. Además el edificio estrena cableado eléctrico y mejoras en su sistema de seguridad.