Madrid, EFE.- Después de las decepciones sufridas en la Supercopa y en la Copa del Rey y
de sacar más que discretos empates en sus visitas a Elche y Osasuna, el Real
Madrid encontró la vía perdida para resucitar y reencontrarse por momentos con
su mejor versión del curso para sacar un triunfo imprescindible en Mendizorroza
contra el Alavés (1-4), al que le aguó su centenario.
No le quedaba otra al equipo dirigido en esta ocasión desde el banquillo por
David Bettoni y desde casa por Zinedine Zidane, quien no pudo viajar víctima de
la covid-19. El bache era profundo. El único resultado posible para el conjunto
blanco era el triunfo después de los disgustos experimentados los días pasados
para no rendirse aún en La Liga pese a que la ventaja del Atlético de Madrid es
más que notable.
El Alavés, también necesitado de los puntos al haber encadenado tres derrotas,
pero en su lucha por la permanencia, era un rival que se antojaba complicado.
Se lo hizo pasar muy mal a equipos como el Atlético de Madrid o al Sevilla. Y
de entrada anunció batalla, pero rápidamente, esta vez sí, la pegada del
conjunto madridista con el gol del brasileño Casemiro a la salida de un córner
(min 15) allanó el camino blanco.
El Real Madrid vivió su mejor primer periodo de los últimos tiempos a costa de
un Alavés desorientado. Abelardo Fernández no encontraba solución. Los blancos
dejaron el encuentro prácticamente sentenciado con buen juego y efectividad. El
francés Karim Benzema y el belga Eden Hazard firmaron el 0-3 con el que se
llegó al descanso luego de un recital del croata Luka Modric y el alemán Toni
Kroos.
Aún así, Abelardo movió ficha en el intermedio y convenció a su equipo de que
no estaba todo perdido. Y estuvo cerca de la heroica. Joselu Mato acortó
distancias y el Alavés inquietó aún más al Real Madrid. Pero Benzema,
brillante, lo apuntilló a falta de 20 minutos en una contra y zanjó el triunfo
que tanto necesitaba el conjunto de Zidane, que, eliminado de la Copa del Rey,
tendrá toda la semana para preparar el próximo choque contra el Levante.
Del resto de aspirantes a luchar por la Champions el que salió claramente
beneficiado fue el Sevilla con su autoritario triunfo sobre el Cádiz (3-0), ya
que el Villarreal no pasó del empate en El Alcoraz contra el colista Huesca
(0-0) y la Real Sociedad dejó escapar la victoria al final con el Betis (2-2).
Un nuevo triplete del marroquí Youssef En-Nesyri, el segundo seguido en el
Ramón Sánchez Pizjuán, selló la victoria del equipo de Julen Lopetegui, que se
sitúa tercero provisionalmente, a 4 puntos del Real Madrid y con 2 más que
Barcelona y Villarreal.
El delantero de Fez está de dulce. Prácticamente todo lo que toca lo convierte
en gol. Es, al día de hoy, el líder de la clasificación de artilleros con 12
dianas. La punta de lanza ideal del Sevilla. Ha cambiado las críticas por
elogios unánimes. El Cádiz le liquidó con 3 zarpazos y se quedó a las puertas
del póker. De hecho marcó un cuarto tanto, pero fue anulado por un ajustado
fuera de juego.
En El Alcoraz, pese a la gran diferencia clasificatoria, se cumplieron las
previsiones. Los reyes del empate firmaron tablas, las décimas para ambos esta
temporada liguera. Las segundas seguidas para los de Unai Emery, que no pierden
desde el 20 de diciembre, precisamente contra el Sevilla; mientras que el
conjunto de José Rojo Pacheta puso
fin a cuatro derrotas seguidas, pero no le vale para abandonar el farolillo
rojo y es una escasa recompensa dada la necesidad de sumar de tres en tres.
La Real Sociedad cierra provisionalmente los puestos europeos. No consigue
enderezar el rumbo perdido, y eso que tuvo el partido prácticamente ganado ante
el Betis de Manuel Pellegrini. Disponía de una clara ventaja de dos goles y era
muy superior y creaba ocasiones.
Todo parecía bajo control tras los tantos del sueco Alexander Isak (min 48) y
de Mikel Oyarzábal (min 57), pero los cambios del técnico chileno Manuel
Pellegrini, sobre todo la entrada del veterano Joaquín Sánchez, cambiaron la
decoración.
El internacional español, camino de los 40 años, mostró su calidad y que sigue
teniendo un guante en su pie derecho. Sirvió un magnífico envío que aprovechó
Sergio Canales para devolver la vida al Betis (min 85) y en la prolongación
firmó el 2-2 definitivo que castiga a la Real y premia a un Betis que pasó del
infierno a sacar un empate muy valioso por el punto y por la moral de haber
levantado un 2-0 adverso.