Niza, EFE.- Los colombianos Miguel Ángel López y Nairo Quintana sufrieron caídas en la accidentada primera etapa del Tour de Francia, en la que su compatriota Egan Bernal, defensor del título y principal favorito, estuvo a punto de perder al ruso Pavel Sivakov, uno de sus mejores lugartenientes.
En una etapa que acabó al esprín, con victoria del noruego Alexander Kristoff, que también se convirtió en el primer líder de la general, estuvo marcada por los accidentes provocados por la lluvia que convirtió el asfalto en una pista de patinaje.
El mayor susto entre la armada colombiana se lo llevó Supermán López, el ciclista del Astana, que sufrió dos caídas, una muy aparatosa en el descenso de la Cota de Rimiez, cuando trató de frenar y su rueda fue deslizando por el asfalto húmedo hasta que el ciclista se estrelló contra una señal de tráfico.
Sin consecuencias físicas aparentes, López, jefe de filas de su equipo, esperó que su compañero Ion Izaguirre le cediera la bicicleta y prosiguió la carrera.
“Estoy contento porque no hay nada que lamentar y pudo ser peor. Ha sido un día con bastantes caídas, en un recorrido peligroso, con descensos, mucha pintura en el asfalto, pasos de cebra, todo eso mezclado con tensión, la lluvia. Todo ha influido para que nos fuéramos todos al suelo”, señaló en meta el líder del Astana.
La caída se produjo después de que su equipo decidiera elevar el ritmo de
la carrera, luego de kilómetros en los que el pelotón había reducido de forma
importante el ritmo ante la sucesión de incidentes.
El propio López había sufrido otra caída en los primeros kilómetros de la etapa,
al igual que Quintana, que se fue a tierra aunque tampoco pareció sufrir
secuelas físicas.
El de Boyacá resbaló también en una curva antes de que el pelotón de forma concertada decidiera levantar el pie del acelerador.
Su caída, en la que se vieron implicados otros corredores, fue el detonante
de que el Jumbo, que emerge como el equipo más potente de la edición con el
esloveno Primoz Roglic como principal baza para la general, acordara con el
resto de los pesos pesados reducir el ritmo.
El alemán Toni Martin se impuso como cacique de la carrera y fue dialogando con
los pesos pesados de los diferentes equipos para bajar el pistón.
No se opuso a ello el Ineos de Bernal, el otro gran equipo del pelotón en este momento, que para entonces ya había sufrido en sus carnes los rasguños de la carrera.
El ciclista de Zapaquirá, que aspira a renovar el título conseguido en la
pasada edición, convirtiéndose en el primer colombiano en ganar el Tour, estuvo
a punto de perder a uno de sus gregarios más preciados.
El ruso Sivakov, de 23 años, llamado a respaldar a Bernal cuando llegue la alta
montaña, sufrió dos importantes caídas y quedó descolgado del pelotón.
Después de un largo calvario de más de 100 kilómetros prácticamente en
solitario, el ciclista criado en Francia logró alcanzar la línea de meta a 13
minutos de los primeros, con los codos ensangrentados, la moral por los suelos
y un programa de pruebas médicas para las próximas horas para conocer su estado
de salud.
El joven ciclista es, junto con el ecuatoriano Richard Carapaz, el principal
lugarteniente de Bernal cuando llegue la alta montaña.
Algo que no se hará esperar en el Tour más montañoso de la historia, que mañana tendrá que ascender dos puertos de primera categoría y uno de segunda en una jornada con más de 4 mil metros kilómetros de desnivel.
Aunque la cima de los principales coles del día están situados muy lejos de la meta, la jornada se presenta dura y Bernal apenas podrá contar con Sivakov, que estará lamiendo sus heridas.
Si todo va bien, el ruso tardará unos días en recuperar su forma para poder volver a ayudar al colombiano.
El resto de la armada colombiana no sufrió importantes problemas en la jornada.