Houston, EFE.- La suerte de la temporada 2020 dentro del beisbol de las Grandes Ligas
depende exclusivamente del comisionado Rob Manfred después de que este lunes el
sindicato de jugadores votó en contra de la última oferta que le presentaron
los dueños de los equipos con un calendario reducido de 60 partidos.
Aunque se esperaba el rechazo de la oferta, ha sorprendido el resultado final
de la votación de la Junta Ejecutiva del Sindicato que fue de 33-5.
Ahora corresponde a los dueños y a Manfred implementar una temporada de beisbol
2020, que se espera que no supere los 60 partidos, pero los jugadores tendrán
derecho a rechazar el deseo de los propietarios de expandir los playoffs esta temporada.
Cada parte también conservará el derecho de presentar una demanda legal de
negociaciones de mala fe.
Incluso con una resolución cercana, no hay garantía de que se pueda jugar
ningún partido si los casos de COVID-19 aumentan en más estados.
Si hay competición esta temporada, se empleará un bateador designado en ambas
ligas lo que significa que los lanzadores de la Nacional ya no tendrán que ir a
la caja de bateo.
La última propuesta de los dueños se refería a los 170 millones de dólares (Q1
mil 309 millones) en salarios que adelantaron a los jugadores como estaba
estipulado en el acuerdo que ambas partes alcanzaron el pasado 26 de marzo.
De acuerdo a varias fuentes periodísticas, parte de la propuesta rechazada por
el sindicato se debió a que no habría garantía de salarios si los partidos no
se juegan.
Las Grandes Ligas también expresaron su voluntad de eliminar la expansión de
los playoffs y usar el bateador
designado en la Liga Nacional la próxima temporada si se disputan menos de 50
partidos en esta.
La cantidad de dinero extra, 25 millones de dólares (Q192.5 millones), para los
jugadores en un desempate ampliado este año se mantuvo sin cambios.
La propuesta de 60 partidos de los dueños llegó el pasado martes y fue la
cuarta desde que las partes forjaron su acuerdo del 26 de marzo.
La última propuesta de los dueños fue la primera en adherirse a un acuerdo
negociado por las partes en el que a los jugadores se les pagaría el ciento por
ciento de sus salarios prorrateados para el 2020.
En las propuestas anteriores de los dueños, ofrecían diferentes porcentajes
garantizados de la prorrata completa.
La contrapropuesta de los jugadores, de 70 partidos, se produjo poco después,
pero los dueños dijeron que su oferta de 60 era la última, dejando que los
jugadores votaran el camino a seguir en el enfrentamiento laboral.
La votación se retrasó cuando los campos de entrenamiento primaveral de los Filis
de Filadelfia y los Azulejos de Toronto en Florida, donde los jugadores
trabajaban de manera informal, se cerraron el viernes después de que se
revelaran los resultados positivos de COVID-19 y los síntomas.
Ese mismo viernes, por la noche, las Grandes Ligas anunciaron que todas las
instalaciones de entrenamiento de primavera en Florida y Arizona cerrarían y
los equipos reanudarían la preparación en sus respectivos estadios.
Los jugadores tomaron un tiempo extra durante el fin de semana para revisar el
aumento en los casos de COVID-19 y los protocolos de salud y seguridad.
Con 60 partidos de salario prorrateado, los dueños pagarían a los jugadores
aproximadamente 1 mil 500 millones de dólares (Q11 mil 500 millones) en
salarios, lo que significaba 260 millones de dólares (Q2 mil 2 millones) menos u
8.67 (Q66.76) menos por equipo de haber aceptado la oferta del sindicato de 70
encuentros.
Las 3 ofertas de los jugadores fueron para 114, 89 y 70 partidos,
respectivamente.
Mientras que la de los dueños estuvieron siempre por debajo de los 100
encuentros con 82 partidos, 76 y 72 y 60, que fue la última.