Otro de los grandes ha partido al descanso eterno.
Ayer por la mañana trascendió el lamentable fallecimiento de Henry Berrisford Stokes Brown, exfutbolista y médico cirujano especializado en neurología, campeón con la Selección Nacional en el campeonato de Norte Centroamérica y el Caribe de Futbol (Norceca), que se desarrolló en Tegucigalpa, Honduras, en 1967.
Diferentes instituciones del Estado y entidades deportivas publicaron esquelas recordando las hazañas del originario de Los Amates, Izabal.
Stokes padeció de una enfermedad renal durante años, que finalmente le ganó la batalla. Trabajó como médico en el Hospital General San Juan de Dios durante 45 años y fungió como jefe de la Sección de Neurología en el Centro Médico Militar.
Después de graduarse de médico cirujano en la Usac se trasladó a la Universidad de Vanderbilt, Nashville, Estados Unidos, donde se especializó en neurología y neurofisiología, regresó en 1974 y desde entonces se entregó a su carrera como miembro del equipo médico del Hospital General.
Fue defensa central y defendió los colores de su “querida” Universidad de San Carlos (Usac) y de Comunicaciones, equipo del cual llegó a ser el capitán, para conquistar el primer título centroamericano del conjunto albo, de donde se retiró a los 26 años para seguir su sueño académico.
Aquella fue la época de oro del balompié nacional, pues la bicolor había logrado el subcampeonato en el Norceca de 1965, y 2 años después regresó para quedarse con el título, luego de vencer a México con aquel recordado gol de Escopeta Recinos.
Entonces, no fue todo para la sele, pues, además, logró colocarse en los Juegos Olímpicos de México 1968, certamen en el cual alcanzó los cuartos de final, y volvió a ser subcampeón del Norceca de 1969.
Hace tres años, los sobrevivientes de aquel gran equipo se reunieron en las instalaciones de la Federación Nacional de Futbol para conmemorar el 50 aniversario de su gesta, el título de la Concacaf.