Doha,
EFE.- El brasileño Roberto Firmino dejó al Flamengo sin
poder realizar el sueño del segundo título mundial de clubes y coronó este
sábado al Liverpool por primera vez en su historia al marcar el único gol de la
final en el comienzo de la prórroga.
El delantero, que fue fundamental en la semifinal contra el Monterrey mexicano
con un gol en el tiempo de descuento, decantó una final dura e intensa en el
estadio Internacional Khalifa de Doha, capital de Qatar.
En la reedición de la final jugada por ambos clubes el 13 de diciembre de 1981,
el equipo dirigido por el alemán Jurgen Klopp se impuso en el minuto 99 al
campeón de la Copa Libertadores.
El Liverpool, 6 veces campeón europeo, rompió así una racha de 3 finales
perdidas (1981, 1984 y 2005), sucedió al Real Madrid como campeón del Mundial
de Clubes y prolongó la hegemonía del futbol europeo.
El Flamengo, también campeón de la Liga brasileña, dominó la primera mitad,
sufrió en la segunda y llegó a la prórroga con más corazón que energía.
El Liverpool arrancó la final a toda velocidad. En apenas 5 minutos dispuso de 3
oportunidades en las botas de Firmino, en un mano a mano con Diego Alves, Keita
y Alexander-Arnold.
Los ingleses dejaron claro su estatus de favorito, mientras los brasileños
aguantaban como podían las combinaciones del tridente ofensivo red.
Ya lo había avisado Jorge Jesus en la previa: los campeones de Europa tienen a
los mejores jugadores del mundo.
El ímpetu del Liverpool amainó, sin embargo, pasados los primeros 15 minutos renunció
a la posesión.
Ello favoreció que los campeones de la Libertadores empezaran a crear peligro
con el trabajo incansable de Gerson en el medio y la velocidad endiablada de
Bruno Henrique en el ataque.
El delantero brasileño encontró un agujero negro en el lado izquierdo de la
zaga y lo explotó hasta la saciedad. Solo faltó rematar entre los tres palos de
la meta de Alisson, en una primera mitad de ritmo más bien espeso.
Solo un rifirrafe entre Mané y Rafinha rompió un poco la monotonía antes del
descanso.
En la segunda parte el partido se rompió con los dos equipos en busca de un gol
que se percibía como definitivo.
Firmino volvió a fallar inexplicablemente un remate a media altura, franco,
desde el punto penal que estrelló al palo. Salah tampoco consiguió a definir
dentro del área un centro cruzado.
El “más querido” de Brasil avisó con un disparo de Gabigol que se fue alto. Minutos después, ajustó más la mira y
obligó a Alisson a estirarse.
El número 9, héroe en la final de la Libertadores con 2 goles, pidió además un
penal por un toque de Van Dijk en la cara. El árbitro y el VAR guardaron
silencio.
El máximo goleador del equipo continuó percutiendo. Lo intentó de nuevo con una
media chilena. Alisson, bien posicionado, atajó bien.
El ritmo fue frenético, pero el marcador no se movía. Los miles de
flamenguistas en el Internacional Khalifa vibraban, mientras los ingleses veían
con preocupación cómo se retiraba lesionado Oxlade-Chamberlain.
En los minutos finales, el Liverpool se hizo dueño y señor del juego y acorraló
a los cariocas.
Diego Alves sacó una mano milagrosa a tiro de Henderson desde la frontal del
área y aún faltaba la intervención del VAR para elevar la partida al máximo de
suspenso.
En el tiempo de descuento, el videoarbitraje, a los mandos del español Martínez
Munuera, le mostró al árbitro qatarí que la falta de Rafinha sobre Mané no era
ni falta, ni había sido dentro del área, y anuló el penal que había marcado.
Sin tiempo para más y con el Flamengo pidiendo la hora, la final se fue a la
prórroga, a la que el equipo carioca llegó extenuado y en un contragolpe
conducido por Mané lo culminó Firmino.
El delantero de la selección brasileña no erró a la tercera, controló, amagó y
disparó para darle al Liverpool su primera corona mundial.