Mauricio Dubón visitó Guatemala el fin de semana.
El hondureño Mauricio Dubón logró hacerse camino para llegar a la Gran Carpa del Beisbol Mayor de Estados Unidos, donde milita con los Gigantes de San Francisco.
El camino no fue sencillo, aunque sí contó con la fortuna de haber sido observado por un grupo de misioneros que lo reclutó a los 15 años y lo becó para jugar y estudiar en la Escuela Capital Cristiana, en Sacramento,
California.
En 2013 fue seleccionado por los Medias Rojas de Boston, organización en la cual escaló por sus diferentes ligas menores, hasta que en diciembre de 2016 fue cambiado a los Cerveceros de Milwaukee.
Los Cerveceros lo promovieron al primer equipo en julio de este año y debutó como bateador emergente contra los Piratas de Pittsburgh, para ser el segundo jugador de nacionalidad hondureña que alcanza las Grandes Ligas y primero en llegar toda la ruta desde su país.
Pero fue cambiado de nuevo, pues el 31 de julio se dirigió a San Francisco, donde tuvo una mayor oportunidad con los Gigantes, equipo con el cual conectó su primer imparable, y ya suma 4 cuadrangulares.
“Es una bendición ser el primer jugador que sale de Honduras y llegar a las mayores. Se logró gracias al sacrificio de mi papá y al trabajo que he hecho cada día. Es algo que nunca podré olvidar”, comentó Dubón, quien estuvo de visita en el país para impartir clínicas a peloteros de ligas pequeñas.
“El crecimiento en las ligas menores es doloroso; también hubo días buenos, y gracias a eso pude superarme, y, como siempre digo, si uno siempre gana, entonces no se puede mejorar”, recordó.
“Fue increíble llegar a mi debut. No cualquiera consigue esto, y hacerlo de esa manera fue algo increíble, pero esto solo se puede hacer con sacrificio y trabajo arduo todos los días”, se extendió el beisbolista.
“Tomé con buen ánimo el cambio para San Francisco porque sabía que tendría una oportunidad, y fui para demostrar que soy capaz de jugar, y lo conseguí en los meses finales”, contó el derecho.
“Uno siempre sueña con pararse en un diamante profesional y pegar un imparable, así que cuando lo conseguí fue increíble hacerlo con mi familia presente. Así fue el primer cuadrangular, que le conecté a los Cardenales; yo sabía que esa pelota se iba desde que le di. Lo curioso es que conforme rodeé las bases no me percataba de lo hecho. Entonces me enfoqué en el juego que estaba en desarrollo, y fue hasta el final que me entregaron la pelota cuando lo asimilé”, hizo memoria Dubón.
“Entre mis metas, busco tener la regularidad para jugar todos los días y establecerme como un jugador de Grandes Ligas y mantener la salud. Estoy consciente de que no solo represento a mi país, sino a toda la región centroamericana; por eso trato de mantener los pies sobre la tierra y busco devolver el apoyo a todos quienes me han apoyado”, añadió.
“No tengo un lanzamiento favorito a cual batear; me gusta a la que le doy para llegar a salvo a la base. A los chicos les digo que sigan trabajando, porque siempre habrá una recompensa para ese esfuerzo”, concretó el segunda base de los Gigantes, y aunque no se clasifica como un jugador de una posición específica, dice que aprendió a jugar de parador en corto.