Ayer fue juramentado el “nuevo” Comité Ejecutivo de la Liga Nacional de Futbol, aunque de novedoso no tiene mucho, pues vemos cómo se repiten nombres de personajes que han estado constantemente dentro del futbol nacional.
Constantemente he visto que el público pide que se hagan renovaciones en el balompié y que se necesita un cambio para darle un nuevo aire a este deporte, pero he llegado a entender que mientras las personas que votan no se modifiquen, serán los mismos quienes sean electos para esos cargos.
Empecé a trabajar en un club de futbol en 2004 y los nombres de Jaime Sánchez y Héctor Escobedo ya figuraban en la Liga Nacional de Futbol, ahora no me sorprende que el primero sea presidente y el segundo, secretario.
Junto a ellos estarán Wálter Rodas, tesorero; Rolando de León, vocal 1, y Gustavo Cruz, vocal 2, para completar el quinteto que estará al frente de la Liga hasta 2022.
No se trata solo de futbolistas que se han perpetuado en el futbol nacional, porque no es extraño que haya quienes tengan carreras de 18 años, pero también hace falta una reestructuración en el plano de la dirigencia para encontrar un refresco.
Este problema no sucede solo en la estructura del balompié, pues también podemos encontrar a personas o grupos de estas que han tenido prolongados términos en diferentes disciplinas deportivas, y lo que hacen es que solo cambian de posición en la directiva.
Cada vez más se hace necesaria una reforma al deporte en general y buscar soluciones que sean congruentes, para que quienes lleguen a los puestos clave se pongan a trabajar en beneficio de cada disciplina y no sea en busca de un bien personal. Estamos a poco más de una semana de la conmemoración de la autonomía del deporte y ese logro se queda corto cuando se pone en perspectiva lo que sucede en las instituciones que deben velar por este bien común.