Londres, EFE.- Al
Tottenham Hotspur le sonrió la fortuna, el videoarbitraje y los postes de
Wembley, y los de Mauricio Pochettino tomaron ventaja en la ida de semifinales
de la Copa de la Liga contra el Chelsea gracias a un penal transformado por
Harry Kane y concedido por el VAR (1-0).
Los spurs amarraron el resultado y se
cerraron contra un Chelsea que dejó a Álvaro Morata fuera de la convocatoria y
que tendrá que remontar en Stamford Bridge para poder volver a Wembley a
reclamar el primer título de la temporada.
Condicionado por ser una eliminatoria a ida y vuelta, algo atípico en las
competiciones inglesas, el partido comenzó con un ritmo lento y con el equipo
de casa, el Tottenham, controlando la posesión y el Chelsea a la espera.
Las ocasiones eran escasas y el encuentro espeso, marcado por la frialdad de un
Wembley que por temas de aforo mantuvo cerrado el anillo superior.
Una chilena de Kane, atrapada por Kepa, y un disparo blando de Hazard desde la
frontal del área aparecieron en la nocturnidad del templo inglés y ninguno de
los dos equipos mostraba prisa por acelerar sus pulsaciones.
Y poco hubieran cambiado las cosas de no ser por la existencia del
videoarbitraje. Quizás sin la tecnología, lo único que hubiera cambiado habría
sido el buen humor de la afición local.
En un balón en largo, Kepa derribó clamorosamente a Kane, pero el juez de línea
levantó el banderín e invalidó la jugada. Entró en juego el VAR, dormido hasta
ese momento. Fueron minutos de angustia y pitos entre los spurs, hasta que Michael Oliver decretó que no había fuera de
juego, señaló el punto de penal y le enseñó la amarilla a Kepa.
Kane definió con mucha sobriedad y el Tottenham arrancó una ventaja que los
postes evitaron que se redujera antes del descanso.
N’golo Kanté, a un centro de Marcos Alonso, estrelló una pelota en el palo, y
Callum Hudson-Odoi, con un centro envenenado, se encontró con que Paulo
Gazzaniga tocó lo justo la pelota para enviarla a la madera.
El Chelsea las había tenido y la euforia de las ocasiones le dio minutos de
éxtasis en la segunda mitad, lo suficiente para embotellar al Tottenham, pero
no para superar al meta argentino.
Y cuando los minutos pasaban, el Tottenham se conformaba y el Chelsea se
desesperaba, Mauricio Pochettino buscó velocidad a la contra con Erik Lamela y
Maurizio Sarri dejó de lado la opción del falso nueve y dio entrada a 10
minutos del final a Olivier Giroud, mientras Álvaro Morata deshoja la margarita
de su destino desde casa.
Mientras el Tottenham esperaba agazapado una genialidad de Kane, el Chelsea se
estrelló en Gazzaniga y no consiguió la recompensa del gol, que necesitará sí o
sí en Stamford Bridge la próxima semana para tener alguna opción de llegar a la
final de esta Copa de la Liga.