uan José Chang Urrea es el segundo de cinco hermanos; nació en Heildelberg, Alemania, de padres guatemaltecos, pero con sangre salvadoreña en sus venas, por sus abuelos. Probablemente sea la razón por la cual se ha convertido en un
trotamundos.
Creció en el barrio Santa Rosa 2, en la zona 12, donde los portones de las casas se convirtieron en las primeras porterías que enfrentó junto a su hermano mayor, Jorge, y sus amigos del vecindario.
Su pasión por el futbol lo llevó a formar parte de las divisiones inferiores del club Aurora, donde militó en los equipos Sub-14, Sub-15 y Sub-17; en este último salió campeón nacional, antes de tomar una beca de estudios en Oral Roberts University, Tulsa, Oklahoma, Estados Unidos, donde siguió su desarrollo en el balompié.
Posteriormente jugó con equipos de Colorado y Minnesota, en la segunda categoría del futbol estadounidense, para después regresar a Guatemala, donde logró un ascenso con Antigua GFC en 2011 y al año siguiente se enroló con Aurora, el club de sus amores.
Sueño transoceánico
En 2013 cruzó el Atlántico para unirse al CE Tecnofutbol de la Liga de Cataluña, en Barcelona, y en 2015 se trasladó a Nueva Zelanda para jugar con el Western Suburbs,
de la Segunda División, pero ese año sus goles lo llevaron a los Dragones del Canterbury United, de la Liga Premier.
A los 29 años, hoy arranca la pretemporada de la tercera campaña con el cuadro dragón y esto lo llena de motivación. “Es como el primer día de clases; será el reencuentro con los amigos y conoceré a nuevos. Esto me hace muy feliz”, dijo Chang desde su casa, en Christchurch.
“Sé que no es sencillo permanecer en un equipo en el extranjero, pero hago lo que me piden: correr por la banda y habilitar a mis compañeros. La temporada pasada fui el jugador con más asistencias en la Liga”, añadió el nacional.
“No olvido mis orígenes, jugué desde la Sub-14 con Aurora y cuando llegué a la Sub-17 salimos campeones al ganarle a Comunicaciones en una final emotiva”, recordó el derecho, que se desempeña por el carril izquierdo.
“Soy un trotamundos; me ha tocado acostumbrarme a vivir solo. Uno aprende de todo, y esto te hace crecer como persona de forma impresionante y a no darse por vencido. Así he mejorado mi juego”, confesó Chang.
Asimismo, no descarta la posibilidad de vestir algún día la camiseta de la Selección Nacional. “Se acercaron a mí cuando Iván Sopegno era el técnico, pero con la salida de ellos y el arribo de Wálter Claverí ya no hubo más contacto”, indicó el futbolista, quien también ha jugado de delantero.
“Es una lástima que el futbol nacional esté suspendido, porque se pierden oportunidades para que más futbolistas salgan a jugar al extranjero. A pesar de la distancia, mi entrenador, el alemán Willy Gerdsen, el día que se dio la noticia se acercó para consultarme si todo estaría bien conmigo, así que las personas se dan cuenta de lo que sucede y piensan que al no estar habilitado un país su futbol no existe”, concluyó.
Su objetivo es ser campeón y jugar la Champions de Oceanía, en busca de un lugar en el Mundial de Clubes.