En las pasadas décadas, en Latinoamérica se ha observado un proceso de desindustrialización, señala un estudio elaborado por la Oxford Competition Economics.
Este fenómeno se caracteriza por la disminución del peso del sector industrial en la economía, lo que constituye la principal amenaza para el crecimiento futuro de la región, y, por tanto, resulta indispensable instrumentar un conjunto de reformas estructurales para detener y revertir este proceso económico adverso, comentó Víctor Pavón-Villamayor, vicepresidente de la consultora y de la Comisión de Competencia de la Cámara de Comercio Internacional, ICC, México.
La región está obligada a fortalecer su sector industrial como un asunto de máxima prioridad. Estratégicamente, su enfoque debe comprender tres vertientes: garantizar competencia legítima en mercados internos y externos: no competencia desleal o abusiva; instrumentación de políticas y reformas estructurales que impacten de manera efectiva la competitividad industrial, y la inserción exitosa dentro de las cadenas globales de valor, destacó el especialista.