Los hogares que fueron receptores de remesas familiares entre 2000 y 2014 tuvieron una mejora en el acceso al agua y energía eléctrica, de acuerdo con el Índice Compuesto de Calidad de Vida (ICCV), que elaboró la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), para medir la incidencia de este aporte en San Marcos, Quetzaltenango, Huehuetenango y Zacapa.
“Los recursos que reciben las personas impactan positivamente en la salud y en su calidad de vida, porque la inversión de adquirir un sanitario propio y tener agua potable reduce la posibilidad de adquirir enfermedades”, dijo Sofía Domínguez, uno de los tres autores del informe.
El documento Migración y Remesas, que utilizó los datos de las encuestas nacionales de condiciones de vida de 2000, 2006, 2011 y 2014 para la construcción del ICCV, concluyó que existe una diferencia significativa de mejora entre los hogares que captan esta ayuda monetaria.
Sin embargo, Domínguez indicó que de los cinco componentes analizados, que incluyen los dos anteriores, vacunación, estructura de vivienda y servicio de disposición de basura y drenaje, este último fue en el que se observó una baja inversión por parte de los hogares.
Impacto
El analista Eduardo Olmedo recordó que el año pasado este flujo de efectivo se incrementó 14.4 por ciento en comparación con 2016, al representar US $8.1 millardos (Q59.6 millardos).
Asimismo, destacó que este aporte superó la recaudación tributaria de 2017, que sumó ingresos netos por Q56 mil 680.7 millones. A su vez, ha reducido la diferencia entre las divisas que generan las exportaciones.
Derivado de lo anterior, Mariano Rayo, de Asíes, recomendó crear políticas públicas que contribuyan a fomentar la inversión en proyectos productivos.