París, EFE
El conservador Michel Barnier fue finalmente la opción elegida ayer por el presidente francés, Emmanuel Macron, para liderar el gobierno tras casi dos meses de bloqueo.
La derecha tendrá por tanto en sus manos la estabilidad del país, mientras la izquierda promete ya censurar al nuevo primer ministro.
Barnier, exministro y excomisario europeo de 73 años con una dilatada carrera política, procede del partido de la derecha conservadora, Los Republicanos.
Es una figura ejercitada en la búsqueda de consensos en contextos muy complicados, tal y como demostró como representante de Bruselas en las negociaciones del Brexit.
Deberá gobernar con el respaldo del centro macronista (166 diputados), el apoyo de los 47 elementos de su propio grupo político y de otras formaciones minoritarias, como el bloque centrista y regionalista LIOT (21 escaños).
Barnier, que por el momento no ha dado pistas sobre la composición de su futuro gobierno, no logrará alcanzar una mayoría absoluta de 289 escaños, pero sí superar en apoyos a la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP), que es la primera fuerza de la Asamblea con 193 representantes.
“Michel Barnier no tiene legitimidad política ni republicana. Esta gravísima situación es inaceptable”, resumió el Partido Socialista.